Hay otros sectores más subvencionados

José Antonio Turrado, Secretario Gral. de ASAJA de Castilla y León

No solo el campo recibe apoyos públicos. Hay otros sectores económicos en nuestro país que han venido recibiendo dinero de las arcas del Estado para hacer viable la actividad. Conviene recordar esto ahora que los agricultores nos hemos quedado prácticamente huérfanos de ayudas del Estado y de las comunidades autónomas, y ahora que se han aprobado los presupuestos de la Unión Europea, unos presupuestos que destinarán al campo aproximadamente un 10 por ciento menos que en la etapa anterior y que representan menos del 1 por ciento del PIB europeo. Esta reflexión sobre sectores auxiliados con fondos públicos me vino a la mente el día siguiente al de la gala de los premios Goya del cine español después de ver por la televisión, hasta que se colmó mí paciencia, a los pedigüeños actores exigir rebajas en el IVA y fondos públicos para producir unas películas que casi nadie compra. Porque el problema del cine es que el mercado no remunera suficientemente al que lo produce y por tanto han recurrido históricamente  a cuadrar las cuentas a base de subvenciones y de que te metan el producto “en la cesta de la compra”, así como por decreto, pues está regulado cuántas películas hay que ver de cine patrio en medio de las que de verdad son comerciales, que son las hechas en Hollywood. Pero qué me dices de los apoyos que recibe la industria del automóvil, que no fabrica un nuevo modelo sin que antes el Estado pase por  la caja de las multinacionales, o el apoyo que se está dando a las energías renovables subvencionando los kilovatios que producen o el dado históricamente a la minería del carbón, las subvenciones al transporte deficitario incluido el aeronáutico, los merecidos apoyos a la pesca, los dineros que se está llevando la banca, o los millones de euros con los que se han apuntalado miles de empresas públicas absolutamente ineficientes.

Pero volvamos a las reivindicaciones de los actores en la entrega de los Goya, por si podemos aprender algo de ellos. Para empezar, el Estado puso a su disposición el mejor altavoz posible para que sus quejas llegaran al gran público: la Televisión Española. Una televisión que, cuando nos manifestamos miles y miles de agricultores en la capital de España, lo más que conseguimos de ella –si hay mucha suerte– son unas imágenes de planos generales en medio del telediario. Hicieron sus peticiones, unos de forma más educada que otros, con el ministro del ramo presente en el auditorio y sin posibilidad de réplica, mientras que cuando nosotros vamos a la plaza de Atocha, frente a nuestro ministerio de Agricultura, lo normal es que ni miren por la ventana ni se dignen en recibirnos, pues bueno es Arias Cañete para esas cosas. Por último, hacían reivindicaciones dinerarias, pidiendo subvenciones y reclamando menos impuestos, el colectivo que hemos dado en llamar de la “gente guapa”. Reivindicaciones en medio del lujo, del glamour, de actores disfrazados de pingüinos y actrices con impresionantes vestidos largos de las más prestigiosas marcas, y complementos de las firmas más caras, y unos peinados espectaculares. Pedir ayudas públicas con trajes de gala y coches de lujo a la puerta, aunque sean prestados, es un insulto a los ojos de quienes de verdad lo están pasando mal en estos tiempos complicados que nos está tocando vivir.

Por último, y válido para todos los sectores que reclamamos apoyos, está la obligación de no perder el referente del mercado. Las ayudas complementan, pero no sustituyen al mercado, que es quien de verdad tiene que remunerar el factor trabajo y capital. Hay que vender un buen producto, sean películas o patatas, y lo hay que hacer trabajando más y siendo mejor que la competencia. Únicamente cuando alguien pone todo de su parte y no llega, tiene autoridad moral para pedir ayudas a los demás.

 

* José Antonio Turrado es Secretario Gral. de ASAJA de Castilla y León

Asociación Agraria – Jóvenes Agricultores