Ya no nos puede engañar el listo de turno

Por Donaciano Dujo, presidente de ASAJA Castilla y León

Ya vamos casi por la mitad de un verano fresco y lluvioso para el hombre del tiempo, pero caliente en el ámbito político, desayunando cada día con al­gún escándalo que poco ayudan a recu­perar el ánimo del país. Repasando los periódicos de estas fechas, compruebo que el sector primario ha ocupado un buen número de páginas, sumando lo relativo a la reforma de la PAC, las pre­visiones de cosecha y la presentación de la ADE rural. Son noticias, cada una en su ámbito, importantes, y aun con las reticencias que puedan desper­tarnos, porque sabemos que no todas las promesas terminan por cumplirse, creo que sí muestran que, en este mo­mento de modorra económica general, el sector primario y el medio rural tie­nen mucho que decir y están siendo motor para nuevas iniciativas.

Como tantos de vosotros estoy en el tractor, en esos días sin pausa que representan para el agricultor la co­secha. Una cosecha que, pese a los estragos que ha causado el granizo, arrasando términos municipales casi enteros, apunta cifras globales más cercanas a los siete millones de tone­ladas que a los escasos cinco millones que se recogieron el año pasado. Ese dato representa una buena noticia no solo para el campo, sino para todos los sectores relacionados con al agricultu­ra y la ganadería, y para la economía regional en su conjunto. La consejera de Hacienda, o el propio presidente de la Junta, se frotan las manos con esta subida de la producción cerealista, que puede significar directamente que el Producto Interior Brutos de Castilla y León, en lugar de decrecer, se estabili­ce, o incluso crezca unas centésimas, en unos tiempos extremadamente di­fíciles. También hay un pequeño rayo de esperanza para el golpeado sector ganadero, ya que en los últimos tiem­pos parece que con timidez van repun­tando algo los precios, como es justo que ocurra. Sólo faltaría que hubiera un ajuste en los costes que asume el ganadero, especialmente en los pien­sos, que siguen en valores desorbita­dos y además sin motivo, puesto que bien se han encargado los intermedia­rios de forzar a la baja las cotizaciones del cereal apenas se inició la campaña en el sur.

Choca que, en pocos meses, la to­nelada de cereal haya pasado de va­ler 240-250 euros a apenas 180 euros. Aunque a los agricultores profesio­nales, los que verdaderamente traba­jamos, invertimos y vivimos del cam­po, no pueden engañarnos. No ha sido nunca nuestra costumbre vender en estas épocas, son más bien esos que agricultores “de fin de semana”, los que quieren cobrar recién recogido el grano, para hacer caja y gastarlo en las vacaciones. Los agricultores profesio­nales esperamos a tener el grano reco­gido y aguardamos a que llegue el me­jor momento para venderlo a lo largo del año, siguiendo criterios empresa­riales. Por eso, desde ASAJA hemos aconsejado a nuestros agricultores que, en ningún caso, permitan la espe­culación de intermediarios que quie­ren “hacer el agosto” a costa de nuestro trabajo, a costa del trabajo que hemos desarrollado durante todo un año.

Quedaron atrás los tiempos en los que el listo de turno llegaba al pueblo y ponía contra las cuerdas al agricul­tor con “o vendes ahora o luego será peor”. Afortunadamente hoy, como bien saben los más jóvenes, hay infor­mación puntual en internet tanto de las producciones como de las cotiza­ciones mundiales. En unos segundos puedes consultar los indicadores de bolsas de referencia, como la de Chica­go, y saber si los bandazos de precios obedecen a motivos reales o a la mera especulación, como esta campaña ha ocurrido. Porque en el contexto inter­nacional, todo apunta a una demanda estable de cereal.

Así que concluyamos nuestras co­sechas, confiando en que una tormen­ta inoportuna trunque nuestras ex­pectativas. Algunas tormentas caídas este verano han servido de amarga ex­periencia para constatar que el seguro agrario, aún hoy, con todos los recor­tes que ha sufrido el apoyo de las ins­tituciones, sigue siendo insustituible. Es un coste importante para el agricul­tor, es cierto, pero es también la única garantía que el campo tiene si llega -y en algún momento llega- un pedrisco o un incendio. ASAJA siempre ha apos­tado por el seguro como la mejor arma para el agricultor profesional y cons­ciente de lo que se juega y de que no se puede acordar de Santa Bárbara sólo cuando truena, como decían nuestros abuelos.

 

* Donaciano Dujo es presidente de ASAJA Castilla y León

Asociación Agraria – Jóvenes Agricultores