Por Joaquín Antonio Pino, presidente provincial de ASAJA en Ávila
No por menos esperada la pérdida es menos triste. El país dice adiós a uno de los grandes, al expresidente Adolfo Suárez, un abulense admirado por todos, símbolo de valentía, coraje, honestidad o conciliación, características tan apreciadas en un político -y sin embargo menos vistas hoy entre la clase dirigente-. Un ejemplo para todos, figura fundamental en la Transición y en la Historia de España, padre de la democracia moderna en nuestro país, en cuya etapa al frente de la nación impulsó además medidas muy beneficiosas para el campo, como el sistema de seguros agrarios o la Ley de Arrendamientos Rústicos de 1980.
Hoy en día, los seguros agrarios continúan siendo una herramienta fundamental para garantizar la renta de agricultores y ganaderos, además de un referente y modelo a seguir en muchos estados miembros de la Unión Europea.
El sector debe estar agradecido a un presidente que supo establecer un mecanismo que todavía en la actualidad garantiza la renta de los profesionales del campo a pesar de las circunstancias climatológicas adversas, enfermedades o de las temibles plagas.
Asimismo, no podemos olvidar la puesta en marcha de la Ley de Arrendamientos Rústicos de 1980, que protegió sobre todo a las explotaciones familiares agrarias, y el impulso de la política de regadíos, una política que en nuestra provincia se materializó en sacar del olvido el proyecto de lo que es ya una realidad, el regadío de las Cogotas.
Por eso hoy, qué menos, sirvan estas líneas de humilde despedida para Suárez, una de las muchas que estos días se suceden de norte a sur, quien junto con su equipo dio un impulso fundamental a proyectos que hoy son una realidad en nuestra, su provincia.
*Joaquín Antonio Pino es presidente de ASAJA de Ávila