Por Joaquín Antonio Pino. Presidente de ASAJA de Ávila
En la actualidad, además del trabajo diario del agricultor, el sector agrario se asienta sobre dos pilares fundamentales: las ayudas de la PAC y los seguros agropecuarios.
Las primeras, cuyo plazo de solicitud acaba de comenzar, tratan de favorecer la viabilidad y rentabilidad de las explotaciones agrícolas y ganaderas.
Dos objetivos esenciales para que la población tenga acceso a alimentos sanos a precios razonables, al no tener que depender de las importaciones a terceros países. Circunstancia
que pondría en peligro, en primer lugar, la supervivencia del sector agrario; y en segundo, el acceso igualitario a la alimentación.
Por su parte, el segundo pilar, los seguros tienen la finalidad de garantizar de manera simultánea la producción agrícola y ganadera destinada a la alimentación de la sociedad y los recursos humanos y económicos invertidos por el profesional del campo. No conviene olvidar que la empresa agraria en tanto que tal, debe, por definición, buscar al igual que cualquier otra, la rentabilidad. Eso sí, debido a la importancia y singularidades que tiene su objeto de negocio para el conjunto de la sociedad, cuenta con el respaldo y está obligado por las condiciones que impone la Unión Europea a través de la Política Agraria Común.
Lo anterior se traduce, no sólo en la posibilidad de percibir ayudas para desarrollar la actividad, sino en la obligatoriedad de cumplir con la infinidad de normas que la regulan. Una tarea no exenta de dificultad debido a la cantidad y complejidad de las normativas que regulan el sector. La solicitud de la PAC no es una excepción, por eso, desde hace años ASAJA ofrece este servicio sin coste alguno para todos los agricultores y ganaderos de la provincia de Ávila, estén o no asociados. Para ello, cuenta con un equipo técnico especializado y experto en la tramitación de la PAC, sin errores, sin esperas y con la seguridad de tener a su servicio a la organización agraria mayoritaria y de referencia del campo español.