Los representantes de ASAJA de Ávila y ASAJA de Salamanca que participaron ayer en la reunión con el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, valoran de forma positiva el encuentro y agradecen la disposición del consejero a solucionar un problema que está causando grandes pérdidas económicas al sector. Una disposición que no había en el equipo anterior de dicha Consejería.
Los representantes de ASAJA de Ávila y ASAJA de Salamanca que participaron ayer en la reunión con el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, valoran de forma positiva el encuentro y agradecen la disposición del consejero a solucionar un problema que está causando grandes pérdidas económicas al sector. Una disposición que no había en el equipo anterior de dicha Consejería.
En ese contexto, ASAJA valora que la Junta de Castilla y León por fin tome conciencia de la gravedad de una situación que viene produciéndose desde hace muchos meses y espera que por fin la Administración se posicione del lado del ganadero, abandonando la postura mantenida hasta hace unas semanas de defender al lobo pese a las enormes pérdidas económicas y ansiedad que está generando en zonas como la Sierra de Gredos, alrededores de la capital abulense o el Alto Alberche y Las Arribes,.
Sin embargo, ASAJA advierte que, en su labor de defender al ganadero, estará muy atenta a que se cumplan los compromisos adquiridos ayer por el consejero para intentar acabar con los reiterados ataques de lobo a la ganadería extensiva.
En ese sentido, quiere hacer constar que desde hace más de una semana los agentes de Medio Ambiente están autorizados para abatir 4 lobos -2 en Ávila y 2 en Salamanca-, sin que de momento hayan hecho efectiva esas autorizaciones.
ASAJA insistirá en la necesidad de que los ganaderos participen en batidas autorizadas, como ocurre en otras comunidades autónomas, para evitar situaciones como la vivida en Salamanca donde se tardó 4 meses en abatir el último lobo autorizado. Un tiempo en el que murieron decenas de ovejas y terneros sin justificación.