José Antonio Turrado. Secretario general de ASAJA Castilla y León
Estamos iniciando la campaña de siembra de remolacha y podríamos decir, a riesgo de equivocarnos, que se vislumbra un interés por incrementar la superficie en determinadas áreas de cultivo. Aparentemente la situación no puede ser más favorable, pues se mantienen las ayudas de la PAC tanto en la vertiente agroambiental como en el pago asociado; le favorecen las normas de condicionalidad reforzada en las obligaciones de rotar y diversificar cultivos; y lo que es más importante, acompaña el precio del azúcar en todos los mercados locales e internacionales. De este modo, las dos empresas azucareras, la cooperativa ACOR y la multinacional British Sugar con su filial AB Azucarera, se han lanzado a hacer ofertas sucesivas y mejoradas en la contratación para esta campaña 2023-2024 que pueden resultar interesantes para muchos productores de Castilla y León. Unas ofertas que tienen plazo de caducidad, pues son para esta campaña, y después ya veremos, porque al parecer ninguna de estas empresas quiere asumir compromisos a futuro basados en unos mercados actuales que quizás nada tengan que ver con los mercados futuros.
Así las cosas, los próximos días o semanas serán decisivos para confirmar o no este cambio de tendencia en el declive de este sector remolachero azucarero. La bajada de los precios de cereales y maíz juegan a favor de la remolacha, mientras que juegan en contra las prohibiciones de uso de semillas tratadas con insecticidas neonicotinoides, algo que obligará a estar más pendiente de la planta, a hacer más tratamientos, a soportar más gastos, y a correr más riesgos agronómicos.
La industria azucarera tiene pocos amigos en el sector, algo que se han ganado ellos solos por su mal talante con los proveedores y su falta de consideración con el papel de las organizaciones agrarias. La situación favorable de este año puede ser un golpe de suerte, pero esto no determina una tendencia, y por lo tanto no da estabilidad y certidumbre para planificar e invertir de cara a futuro. Sería una pena que una vez más la industria azucarera desaproveche momentos como este, algo más dulces, para dar un impulso al cultivo y a la fabricación, consolidando a Castilla y León como la gran zona productora de remolacha del sur de Europa.