COPA-COGECA pide que los fabricantes no engañen al consumidor con preparados vegetales ultraprocesados que quieren hacer pasar como sustitutivos de productos cárnicos o lácteos, cuando nada tienen que ver con su textura y sabor ni con sus características nutricionales. “Llamemos a las cosas por su nombre”, pide el sector.
A continuación, incluimos la carta abierta difundida por COPA-COGECA, que agrupa organizaciones agrarias y cooperativas europeas, ASAJA entre ellas:
“Con la participación de un creciente número de empresas multinacionales en el mercado vegano en los últimos años, ha habido un impulso para denominaciones como «bistec», «hamburguesa», «salchicha», etc. en imitaciones de carne y productos lácteos de origen vegetal. Esta comercialización de productos puede inducir claramente a error a los consumidores de la UE al pensar que estas imitaciones son un sustituto «igual» de los originales. La sustitución es un concepto de marketing poderoso que puede asegurar a los consumidores que simplemente están reemplazando un producto por otro. Sin embargo, aunque están de acuerdo en que los productos vegetales pueden constituir una fuente de proteínas, no pueden garantizar la misma ingesta nutricional que los productos animales que están tratando de imitar. Además, no podemos aceptar la representación de estos productos ultra procesados como opciones más saludables dado que a menudo tienen un alto contenido de aditivos, sal, azúcar y grasas. En esa dirección, los productores de imitación de carne y productos lácteos están presionando por un sesgo de marketing que valora la forma sobre la sustancia.
Las denominaciones cárnicas están profundamente arraigadas en nuestro patrimonio cultural. Tocino, jamón, chorizo, carpaccio, filete, chuletas… son denominaciones tradicionales que se han ido configurando a lo largo del tiempo por el arduo trabajo de agricultores y carniceros con grandes diferencias entre regiones, lo que las hace tan únicas. ¡Nadie necesita hoy explicar qué son estos productos o qué esperar al comprarlos! Esta es también la razón por la que estas denominaciones nunca han necesitado protección hasta ahora. Si protegemos nuestro patrimonio local y regional con Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) y Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) deberíamos ser coherentes y también proteger las denominaciones de bienes más comunes que también son resultado de nuestro patrimonio. Con el auge de la comercialización de productos similares, esta herencia común está en juego. La industria de la imitación se ha aprovechado de un vacío legal europeo para secuestrar estas poderosas denominaciones comunes a su favor.
El sector de las plantas afirma ser creativo e innovador, pero también debería ser justo. Tienen, especialmente en el clima actual, la oportunidad de crear nuevos productos con nuevas denominaciones, ganar el reconocimiento de los consumidores y lograr el éxito financiero. ¿Cómo puede el grupo de presión basado en plantas afirmar que no está engañando a los consumidores si señala que necesitan denominaciones de carne para transmitir información sobre la textura y el sabor de su propio producto? Si un producto dice ser diferente de otro, debe tener su propio nombre o denominación. Una industria que se esfuerza por convertirse en la corriente principal no necesita construir su gloria enfocando su marketing en productos existentes y en una lucha contra ellos.
Para el sector ganadero europeo, esto no es una lucha contra, sino una llamada al reconocimiento y respeto legítimos del trabajo de millones de agricultores y trabajadores del sector ganadero europeos. Mantienen vivas nuestras zonas rurales al tiempo que proporcionan a nuestros ciudadanos productos lácteos y cárnicos de calidad, disfrutados y consumidos por todas las generaciones como parte del patrimonio culinario europeo y una dieta equilibrada. El marco legal que protege las denominaciones en el sector lácteo ha creado un ambiente esperanzador y ha llevado a la confianza en las relaciones con los consumidores. Es por eso que no solo queremos que este segmento esté protegido, sino que también se extienda el mismo nivel de protección a todos los demás productos pecuarios. Por las siguientes razones, los representantes de la cadena ganadera europea instan a los eurodiputados a defender la enmienda original adoptada en abril de 2019 y a no aceptar ningún compromiso al respecto. No podemos comprometer el derecho de los consumidores a tener información contrastada y veraz sobre las características y los aspectos nutricionales de los productos que compran.»