Donaciano Dujo Caminero. Presidente de ASAJA Castilla y León
Con problemas y sobresaltos de todo tipo -el último, la convocatoria de elecciones anticipadas en nuestra comunidad autónoma-, llegamos a las navidades de 2021. No van a ser como deseábamos, porque el repunte de la Covid de nuevo nos obliga a limitar los encuentros y celebraciones. Todos estamos cansados de esta ya larga pandemia, que pronto cumplirá dos años, dos años de este mundo del revés que encima ha golpeado en lo más querido por todos, la salud y la vida.
No ha sido fácil este año para nadie, tampoco para el sector agrícola y ganadero, con problemas importantes de mercado a los que se han sumado la gestación de políticas de enorme trascendencia que determinarán el futuro del sector en los próximos años. Han sido doce meses muy intensos de trabajo para ASAJA, analizando, debatiendo y reivindicando mejoras para el campo ante responsables políticos de todas las instituciones. Y encima sin tener la posibilidad de poder tener un contacto directo y masivo con nuestros socios en asambleas, charlas y demás encuentros, un contacto directo que es vida para nuestra organización y que, digan lo que digan, no lo puede sustituir el móvil.
Este 2021 pasará a la pequeña historia de nuestro campo como un año de contrastes muy claros entre agricultura y ganadería. Nuestros ganaderos siguen sin levantar cabeza, pero los cereales han tenido un repunte de precio insólito. Los agricultores somos “convidados de piedra” en estos vaivenes de precios, que tantos años han estado hundidos y este 2021 se han disparado. Nada tenemos que ver ni con una ni otra situación, y eso nos crea incertidumbre y miedo, porque sentimos que son otros los que manejan lo nuestro a su antojo. Lo que está claro es que, si el cereal sube, se van a encargar de que no se quede ese margen en el bolsillo del agricultor, porque simultáneamente se han disparado los costes, e incluso nos amenazan con que falten algunos insumos. En resumen, el consumidor paga más por lo mismo, y nosotros también pagamos más por lo que consumimos, y al final el beneficio se deshace como un azucarillo.
A la vez, estos meses hemos dedicado muchas horas el Plan Estratégico que determinará la aplicación de la PAC en España. Hemos escudriñado cada una de las propuestas del ministerio y agotado todas las vías para reclamar lo mejor para la agricultura y ganadería de Castilla y León, aunque Luis Planas no se haya caracterizado ni por su capacidad de negociación, ni por su trabajo. Al menos la interlocución con el sector ha sido modélica con la Consejería de Agricultura, con total unidad de acción en el sector en defensa del modelo de agricultura profesional que bien sabemos no gusta tanto en otros territorios de España.
Con parches y algún remiendo que han aceptado poner atendiendo (poco) a nuestras reclamaciones, la PAC va a ser poco buena. Diseñada en Bruselas y cocinada en Madrid, va a salir un guiso medioambientalista, menos productivo y profesional, justo lo contrario que es el sector de Castilla y León. Los inconvenientes concretos para cada explotación se concretarán cuando nos toque hacer papeles. Ahí comprobaremos qué nuevos requisitos habrá para atender al ganado y preparar las tierras, y se barruntan más dificultades y menor rendimiento. Por mal camino a buen pueblo es difícil ir. Aún así, el equipo de técnicos de ASAJA ya está trabajando para poder asesorar a cada socio para que pueda preparar su explotación ante estos nuevos retos de la mejor forma posible.
Como decía al principio, no hay problema que pueda parar el tiempo, y aquí está la Navidad para recordárnoslo, un año más. Desde ASAJA solo puedo transmitiros los mejores deseos para estas fechas y para año que pronto comenzará, que sea de verdad un año venturoso para todos, y en especial para los agricultores y ganaderos y sus familias. Que haya paz y alegría en las celebraciones -también la prudencia necesaria- y que compartamos los buenos alimentos que nos da esta tierra.
Un abrazo para todos.