ASAJA considera intolerable la intención de la industria de bajar el precio de la leche al ganadero. Además, ninguna de las industrias que han anunciado bajadas garantizan ni futuras subidas ni un precio medio anual.
Tras la reunión de la Interprofesional Láctea celebrada el pasado 25 de enero en Madrid entre representantes de las industrias lácteas, organizaciones agrarias y cooperativas, ASAJA considera intolerable el anuncio realizado por parte de algunas industrias de aplicar bajadas de precios de entre 1, 2 y 3 céntimos de euros en las entregas de leche que los ganaderos realicen a partir de este mes de enero. Esta decisión unilateral y arbitraria resulta de todo punto inaceptable máxime si consideramos que ninguno de éstos anuncios va acompañado de un compromiso de reactivar precios en la segunda parte del año o de consensuar un plan global de competitividad del sector lácteo.
Además de estas bajadas anunciadas que se aplicarían de forma inmediata en las facturaciones que realicen las industrias en el mes de febrero, lo cierto es que los productores de leche han sufrido ya otra bajada de precios encubierta de 0,3 céntimos de euro por litro, aplicada por varias industrias, en concepto de cambios en las bonificaciones y depreciaciones por materia grasa y proteínas.
ASAJA advierte sobre la posibilidad de que coincida en el tiempo una fuerte bajada de precios por parte de la industria y la puesta en marcha del próximo Plan de Abandono, una coincidencia que podría tener efectos dramáticos para el sector si se produce un abandono masivo de ganaderos.
Además de estas bajadas anunciadas que se aplicarían de forma inmediata en las facturaciones que realicen las industrias en el mes de febrero, lo cierto es que los productores de leche han sufrido ya otra bajada de precios encubierta de 0,3 céntimos de euro por litro, aplicada por varias industrias, en concepto de cambios en las bonificaciones y depreciaciones por materia grasa y proteínas.
ASAJA advierte sobre la posibilidad de que coincida en el tiempo una fuerte bajada de precios por parte de la industria y la puesta en marcha del próximo Plan de Abandono, una coincidencia que podría tener efectos dramáticos para el sector si se produce un abandono masivo de ganaderos.