La asociación de fabricantes de piensos está ahora influyendo en el mercado, y cómo lo está haciendo, para conseguir que el agricultor venda barato. Y de paso que se enriquezca el intermediario, pero sobre todo que se enriquezcan los propios fabricantes de piensos.
Hace tan sólo unos meses que ASAJA de Castilla y León presentó en el Tribunal de Defensa de la Competencia las alegaciones ante una denuncia presentada por la Asociación de Fabricantes de Piensos de Castilla y León. Estos últimos vieron con malos ojos que el pasado año, en el mes de julio, la organización agraria informase de la previsible subida del precio del cereal, y aconsejase a todos los agricultores de Castilla y León que no se precipitasen en las ventas.
La mencionada asociación de fabricantes de piensos está ahora influyendo en el mercado, y cómo lo está haciendo, para conseguir el efecto contrario: que el agricultor venda barato. Y de paso que se enriquezca el intermediario, pero sobre todo que se enriquezcan los propios fabricantes de piensos, por cierto los únicos de todo el eslabón que ponen precio a la mercancía final, y que ganan más cuanto más facturan, es decir, cuanto más caro paga el ganadero. Digo esto porque he leído un comunicado en la que estos señores afirmaban que “la cosecha de cereal en Castilla y León crecerá más de un 12 por ciento durante la campaña 2004/05”, además de otros datos optimistas del resto de España, de Europa, y del mundo mundial. A fecha de primeros de mayo, querer cuantificar la cosecha de cereal en una región de secano rabioso como es esta, es propio de indocumentados o de quienes saben bien lo que hacen y sobre todo lo que quieren. Me quedo con esto último, y no tengo duda alguna de que este lobby que han creado en la región los fabricantes de piensos ha pretendido influir en el mercado para modificar los precios, y que si lo que dijo su día ASAJA era motivo de apertura de expediente por parte del Tribunal de Defensa de la Competencia, ahora no debería quedarse cruzado de brazos. Salvo que en esto también se cumpla el viejo refrán de que “el agua siempre corre para lo bajo”.
No será ASAJA quien cuestione las perspectivas de buena cosecha. Pero al día de hoy, nada está decidido respecto a la producción de cereales, por lo que el año puede ser bueno, regular, malo, y hasta podría ser muy malo o muy bueno. ASAJA desea un cosechón, aunque ello suponga una caída de precios. Y deseamos que cuanto antes los ganaderos puedan disponer de piensos y forrajes a precios acordes con los que perciben ellos por los productos que venden. Precios estos, los de los piensos, en los que interviene lo que se paga al agricultor por las materias primas, lo que se paga a la industria agroalimentaria por los muchos subproductos que se le añaden, y lo que se paga por correctores y aditivos; también se repercute lo que ganan los intermediarios, que son los que almacenan cuando no lo hace el agricultor, y por supuesto el margen abultado del propio fabricante de piensos.
Tenemos que pedir a los miembros de la asociación Asfacyl respeto para ASAJA y sobre todo para con los agricultores de esta región. Ellos, que hagan lo que crean conveniente siempre que sea legítimo, y que influyan en las decisiones políticas todo lo que puedan, que quizás no sea poco. A nosotros, que nos dejen trabajar por nuestros agricultores y por el sector en general. Y que no se rasguen las vestiduras si ASAJA pide otra vez que nadie se precipite a vender el cereal desde la era, pues es tal perogrullada que casi es sobrado el consejo. No siempre se gana, pero cualquier agricultor que dispone de liquidez y de espacio sabe que para vender los cereales nunca hay que tener prisa, venga el año como venga. Después está la situación personal de cada cual, que es la que más manda. Lo saben bien algunos miembros de Asfacyl que más que fabricantes de piensos son almacenistas de cereales, y que a lo que juegan es a ganar en la intermediación: por eso les sobra la figura del agricultor que no vende desde la era.
Y si los fabricantes de piensos quieren materias primas baratas, en vez de estrujar al agricultor deberían de sumarse a reivindicaciones de ASAJA tales como el apoyo a los regadíos, incentivar los cultivos proteicos o apostar por la aplicación de la PAC de la forma más racional y eficiente posible. Y de paso, aprovechamos también para pedir a Asfacyl que se nos ofrezcan a los ganaderos más garantías de las que hoy se ofrecen en los piensos que llegan a nuestras casas. Garantías de todo tipo, hasta de que en ellos no haya lo que no tiene que haber.
La mencionada asociación de fabricantes de piensos está ahora influyendo en el mercado, y cómo lo está haciendo, para conseguir el efecto contrario: que el agricultor venda barato. Y de paso que se enriquezca el intermediario, pero sobre todo que se enriquezcan los propios fabricantes de piensos, por cierto los únicos de todo el eslabón que ponen precio a la mercancía final, y que ganan más cuanto más facturan, es decir, cuanto más caro paga el ganadero. Digo esto porque he leído un comunicado en la que estos señores afirmaban que “la cosecha de cereal en Castilla y León crecerá más de un 12 por ciento durante la campaña 2004/05”, además de otros datos optimistas del resto de España, de Europa, y del mundo mundial. A fecha de primeros de mayo, querer cuantificar la cosecha de cereal en una región de secano rabioso como es esta, es propio de indocumentados o de quienes saben bien lo que hacen y sobre todo lo que quieren. Me quedo con esto último, y no tengo duda alguna de que este lobby que han creado en la región los fabricantes de piensos ha pretendido influir en el mercado para modificar los precios, y que si lo que dijo su día ASAJA era motivo de apertura de expediente por parte del Tribunal de Defensa de la Competencia, ahora no debería quedarse cruzado de brazos. Salvo que en esto también se cumpla el viejo refrán de que “el agua siempre corre para lo bajo”.
No será ASAJA quien cuestione las perspectivas de buena cosecha. Pero al día de hoy, nada está decidido respecto a la producción de cereales, por lo que el año puede ser bueno, regular, malo, y hasta podría ser muy malo o muy bueno. ASAJA desea un cosechón, aunque ello suponga una caída de precios. Y deseamos que cuanto antes los ganaderos puedan disponer de piensos y forrajes a precios acordes con los que perciben ellos por los productos que venden. Precios estos, los de los piensos, en los que interviene lo que se paga al agricultor por las materias primas, lo que se paga a la industria agroalimentaria por los muchos subproductos que se le añaden, y lo que se paga por correctores y aditivos; también se repercute lo que ganan los intermediarios, que son los que almacenan cuando no lo hace el agricultor, y por supuesto el margen abultado del propio fabricante de piensos.
Tenemos que pedir a los miembros de la asociación Asfacyl respeto para ASAJA y sobre todo para con los agricultores de esta región. Ellos, que hagan lo que crean conveniente siempre que sea legítimo, y que influyan en las decisiones políticas todo lo que puedan, que quizás no sea poco. A nosotros, que nos dejen trabajar por nuestros agricultores y por el sector en general. Y que no se rasguen las vestiduras si ASAJA pide otra vez que nadie se precipite a vender el cereal desde la era, pues es tal perogrullada que casi es sobrado el consejo. No siempre se gana, pero cualquier agricultor que dispone de liquidez y de espacio sabe que para vender los cereales nunca hay que tener prisa, venga el año como venga. Después está la situación personal de cada cual, que es la que más manda. Lo saben bien algunos miembros de Asfacyl que más que fabricantes de piensos son almacenistas de cereales, y que a lo que juegan es a ganar en la intermediación: por eso les sobra la figura del agricultor que no vende desde la era.
Y si los fabricantes de piensos quieren materias primas baratas, en vez de estrujar al agricultor deberían de sumarse a reivindicaciones de ASAJA tales como el apoyo a los regadíos, incentivar los cultivos proteicos o apostar por la aplicación de la PAC de la forma más racional y eficiente posible. Y de paso, aprovechamos también para pedir a Asfacyl que se nos ofrezcan a los ganaderos más garantías de las que hoy se ofrecen en los piensos que llegan a nuestras casas. Garantías de todo tipo, hasta de que en ellos no haya lo que no tiene que haber.