El Consejo Económico y Social constata la pérdida de rentabilidad del sector por culpa del coste de los insumos. Si en 2003 para obtener 1 euro de producción había que gastar 35 céntimos en insumos, en 2015 se necesitaron 50 céntimos. Eso explica el descenso del 30 % de la renta agraria.
El Consejo Económico y Social constata en una publicación reciente que la evolución de la renta agraria en España a lo largo de los últimos 25 años ha venido marcada fundamentalmente por la trayectoria seguida por los costes de producción. Desde 1990 hasta 2003 la renta agraria en términos corrientes aumentó año tras año, mientras que entre 2003 y 2015 cayó un 16%. El descenso de los últimos años responde al aumento del valor de los consumos intermedios necesarios para la producción, frente a un avance más moderado del valor de la producción agraria. Las tres partidas que representan las dos terceras partes de los consumos intermedios, como son piensos, fertilizantes y energía, fueron además las que mayores crecimientos registraron durante el periodo antes referido. En concreto, los piensos subieron un 60,4%, los fertilizantes un 62,2% y la energía un 69,3%.
A pesar de los descensos de los precios del petróleo, que determina una parte importante de los precios de los insumos para la rama agraria, en 2015 los consumos intermedios volvieron a alcanzar el máximo histórico marcado en 2013; de esta manera, para obtener 1 euros de producción, se han tenido que gastar 50 céntimos en insumos productivos, cuando en 2013 solo se necesitaban 35 céntimos. El balance de esta situación es que la renta agraria en términos reales ha descendido un 30,1% desde 2003.