Comunicado de prensa del COPA COGECA
El mismo día en que la Comisión Europea da a conocer su brújula estratégica para la competitividad europea, ha presentado simultáneamente una propuesta para imponer sanciones a los fertilizantes rusos y bielorrusos, una medida que afectará gravemente a la producción y la competitividad agrícolas. Sin una estrategia de diversificación clara, los agricultores europeos pronto se encontrarán contra la pared.
Durante años, Europa ha luchado contra una producción de fertilizantes insuficiente para satisfacer la demanda, lo que hace que las importaciones sean inevitables. Esta situación no ha hecho más que empeorar tras el cierre de varias plantas de fertilizantes en los Estados miembros de la UE. La implementación del Mecanismo de Ajuste en Frontera de Carbono (CBAM) por parte de la UE también aumentará aún más los costos tanto para la producción nacional como para los proveedores de terceros países que ingresan al mercado de la UE.
Si bien entendemos la legitimidad de las razones geopolíticas que impulsaron a la Comisión a actuar, el sector agrícola debe afrontar las consecuencias económicas de estas decisiones. Actualmente, los agricultores europeos no tienen garantías de que la escasez de fertilizantes se compensará con una mayor producción nacional a un precio competitivo, un argumento clave planteado por los partidarios de las sanciones propuestas. Estas medidas harían subir los precios de los fertilizantes en al menos 40/45 euros por tonelada para la próxima temporada agrícola. Esto ejercería una presión financiera adicional sobre las operaciones agrícolas que ya se enfrentan a un clima económico muy desafiante. Las consecuencias para la producción agrícola, la competitividad y los ingresos de los agricultores podrían ser catastróficas.
La propuesta de la Comisión se queda corta en muchos aspectos para las comunidades agrícolas de la UE, ya sea en relación con los aranceles muy elevados que se aplicarán a partir de julio de 2025, el enfoque gradual de las sanciones o las suspensiones temporales propuestas basadas en los precios de 2024, que ya eran más altos que los anteriores a la guerra. Lo que es aún más preocupante es que la propuesta de la Comisión no incluye medidas a medio o largo plazo que ofrezcan perspectivas al sector, ya sea en la diversificación de las fuentes de suministro o en las siguientes medidas urgentes de mitigación:
- Eliminar los derechos antidumping sobre las importaciones de urea, nitrato de amonio y mezclas de UAN originarias de EE.UU. y Trinidad y Tobago.
- Suspender los derechos convencionales a las importaciones de urea, UAN, DAP, MAP y NPK (códigos 3102 10, 3102 80, 3105 30, 3105 40 y 3105 20 de la nomenclatura arancelaria).
- Conceder exenciones en virtud de la Directiva sobre nitratos para permitir el uso de efluentes ganaderos transformados (RENURE – Nitrógeno recuperado de ManURE y determinados digestatos) más allá del límite actual de 170 kg N/hectárea.
Detrás de la complejidad de este expediente se esconde una cuestión fundamental: el futuro de la agricultura europea y la seguridad alimentaria de la UE. El Copa y la Cogeca instan a los Estados miembros y al Parlamento Europeo a abordar esta cuestión rápidamente. También contamos con el nuevo Comisario de Agricultura, Christophe Hansen, para que intensifique rápidamente esta cuestión y encuentre soluciones concretas para evitar lo que ya puede estar perfilándose como una nueva crisis agrícola.
Fuente: COPA-COGECA