ASAJA pide que se trate en las Cortes esta medida, que supone echar a los ganaderos de los pastos de su propio pueblo
De esta forma, la Junta de Castilla y León, con una Consejería de Medio Ambiente obcecada en legislar contra el agricultor y ganadero, echa a los ganaderos de los pastos de su propio pueblo, acabando a golpe de decreto con la única actividad económica que existe en muchos municipios de nuestra Comunidad.
En opinión de ASAJA, la insensibilidad de la Junta no oculta una voracidad recaudatoria y un interés porque los ganaderos no soliciten los aprovechamientos, para después, en las subastas públicas, se le pueda adjudicar a mejor precio los pastos a ganaderos no profesionales de Asturias, Cantabria u otras comunidades autónomas. Este frentismo que está propiciando la Junta con los ganaderos en nada va a beneficiar a la hora de conseguir que los habitantes de los pueblos y, sobre todo, los agricultores y ganaderos se involucren en el cuidado del entorno, protejan los bosques y eviten los incendios forestales.
ASAJA, que ya ha solicitado una reunión con la consejera de Medio Ambiente, exige la retirada de la Instrucción enviada a las entidades locales y hace un llamamiento a los ganaderos para que no paguen ni un solo céntimo de euro por el aprovechamiento de los pastos hasta alcanzar un acuerdo con los representantes del sector para fijar cantidades que sean razonables, sin imponer mínimos que eleven las cantidades fijadas en los acuerdos que, desde hace años, mantienen los ganaderos con las juntas vecinales. Por diferentes vías, ASAJA tratará de que el asunto se debata en la Comisión de Medio Ambiente de las Cortes regionales.
La misma Administración que no se hace cargo de los daños ocasionados por el lobo, el jabalí y otros animales salvajes; que no regula las distancias entre plantaciones forestales, echando de esta manera a los agricultores de sus tierras; que decreta espacios naturales cargados de restricciones sin su justa compensación económica y que sanciona de forma desproporcionada ante cualquier infracción en materia medioambiental, es ahora la que quiere ahogar a los ganaderos con unas tasas de aprovechamiento de pastos que no se puede permitir un sector como el vacuno y el ovino de carne, con una rentabilidad más que ajustada.