ASAJA ha denunciado que existen 341 ganaderos en Castilla y León sin ningún tipo de ingreso desde que el pasado mes de marzo pararon la producción de leche para acogerse al plan de abandono gestionado desde la Dirección General de Producción Agropecuaria de la Consejería de Agricultura y Ganadería.
Como recuerda la OPA, estos ganaderos solicitaron acogerse a este plan el año pasado, y sus solicitudes recibieron el visto bueno de la D.G. de Producción Agropecuaria a finales de 2004. Para recibir la indemnización, la normativa obliga a estos profesionales a abandonar la producción antes del 31 de marzo, cosa que hicieron, dejando en ese momento de percibir cualquier tipo de ingresos.
Transcurrido más de medio año, la situación de estos ganaderos y de sus familias es muy dura: ya no venden leche, pero tampoco han recibido un céntimo de las indemnizaciones prometidas en el plan de abandono. Tampoco han percibido las cuantías derivadas del cese anticipado en la actividad, línea a que paralelamente se acoge la mayoría y en la que, igualmente, la Administración parece no tener prisa para desembolsar el dinero que sabe que pertenece a los ganaderos. Se da la circunstancia de que, además, el retraso en el abono de estas mensualidades no genera ningún tipo de derecho, es decir, que lo que no se ha pagado, no se pagará, puesto que de cualquier forma los profesionales dejan de percibir el cese anticipado una vez cumplen los 65 años. “O sea, que cuanto más se retrasa, más ahorra la Administración”, subraya ASAJA.
ASAJA apunta concretamente a dos directores generales, Baudilio Fernández-Mardomingo, responsable de la gestión del plan de abandono, y Carmen Suárez, responsable de la gestión del programa de cese anticipado, quienes tiene la obligación profesional y moral de agilizar estos pagos, sabiendo que son vitales para tantas familias.