Hoy, viernes 5 de enero, ASAJA de Castilla y León celebra su primera protesta de 2007. Será frente a la Delegación del Gobierno, en Valladolid, donde llevaremos un montón de carbón para la ministra, Elena Espinosa, que se lo ha ganado a pulso.
Es el primer acto de este nuevo año, que estará marcado por otros muchos temas de conflicto. A continuación, incluimos los pilares que marcarán el trabajo de nuestra organización para 2007:
Con toda probabilidad seguirá el lastre de los altos costes de los medios de producción. Continúan desproporcionados los precios de gasóleo, fertilizantes, y se amenaza con subidas en las tarifas eléctricas (las tarifas eléctricas especiales tienen ya fecha de caducidad). La subida de los tipos de interés está suponiendo un coste importante para quienes han hecho inversiones en los últimos años.
Respecto a los precios de los productos, no hay garantías de mantenimiento de los precios que se han comportado relativamente bien en sectores como la patata, cereal o algunas producciones ganaderas.
En cuanto al clima, imprevisto, como siempre. Hay que destacar la buena situación al día de hoy de los cereales y pastos. Existe un buen volumen de agua embalsada para la época del año, aunque no hay nieve en las montañas. La recuperación de los acuíferos es en general buena.
En leche de ovino, podría entrar el sector por segundo año consecutivo en crisis debido a las dificultades para transformar y comercializar toda la leche que se está produciendo. Siguen las importaciones masivas de quesos de toda Europa y una industria muy atomizada que está teniendo dificultades para competir.
Se espera en ganadería de leche de vacuno una pérdida de competitividad al limitar el crecimiento de las explotaciones por no poder comprar cuota en el mercado. Incertidumbre sobre el futuro de las cuotas en la Unión Europea.
Será el segundo año de aplicación de la reforma de la PAC. Los cambios no son tan bruscos como se había vaticinado, ya que el campo de Castilla y León se sigue cultivando. El desacoplamiento parcial de las ayudas de la PAC es la peor opción de las posibles, por tanto se ha de revisar cuanto antes.
También será el tercer año de aplicación de la modulación de las ayudas de la PAC. Los importes de la modulación no han servido para orientar mejor la política agraria, sino para que Europa se ahorre dinero en los fondos de Desarrollo Rural.
2007 será el segundo año de aplicación de la reforma de la OCM de la remolacha: siendo el cultivo menos rentable, en su conjunto se sostendrá la producción en Castilla y León a la espera de decisiones políticas y empresariales. Abandonarán primero los agricultores que tienen más costes de producción, sobre todo en agua de riego.
A lo largo de este año se comenzarán a ver los efectos de la reducción de fondos del Programa de Desarrollo Rural, lo que se traducirá en aspectos como el retraso en las convocatorias, restricciones en el número de beneficiarios, menor importe de ayudas por expediente, o imposibilidad de abrir nuevas líneas de ayudas.
Respecto a los regadíos, se están acometiendo importantes proyectos en Castilla y León de modernización de regadíos y algunos de nuevos regadíos, aunque menos de los inicialmente previstos. Se debería de empezar a discutir tanto un nuevo Plan Nacional de Regadíos como un nuevo Plan Hidrológico Nacional que recoja las necesidades de la región.
Sobre los cultivos energéticos, se harán realidad algunos de los muchos proyectos empresariales. Nos preocupa el papel del agricultor en todo esto, es decir, si los precios de las materias primas van a ser o no rentables para los agricultores de Castilla y León.
Finalmente, hablar de los cambios políticos tras las elecciones, siempre desde el respeto a los resultados electorales. Se debe de iniciar un nuevo ciclo en la Consejería de Agricultura: el futuro Presidente no debería de designar ni en primer nivel ni en segundos niveles, personas que cuenten con el rechazo del sector.
Paralelamente, respecto a las elecciones a Cámaras Agrarias, pendientes de celebrarse, ASAJA quiere que se concurra a ellas bajo las siguientes premisas:
·Compensación de todos los gastos electorales.
·Elegir una fecha en la que haya poco trabajo en el campo y la menor actividad burocrática en las oficinas de las organizaciones.
·Redefinir el papel de las organizaciones agrarias.
Establecer un marco estable de interlocución que no ha existido en los últimos cuatro años. En definitiva, que el ir a un proceso electoral sirva para algo.