«Quiero decir que, personalmente como agricultor, como palentino y, por supuesto, como presidente de ASAJA de Castilla y León, he compartido y comparto la espontánea reacción de tantos colectivos que se han opuesto a los cierres.»
El camino de la responsabilidad
Donaciano Dujo
Cuando Azucarera Ebro anunció por sorpresa el cierre de las azucareras de Monzón de Campos y de Benavente, hace apenas un mes, seguramente no pensaba que iba a desatar tanta oposición, y desde tantos frentes. Pero el calor no evitó que la gente: la sociedad no está dispuesta a dejar que otros decidan el futuro de asuntos que le competen.
Quiero decir que, personalmente como agricultor, como palentino y, por supuesto, como presidente de ASAJA de Castilla y León, he compartido y comparto la espontánea reacción de tantos colectivos que se han opuesto a los cierres. Esas pancartas de «No al cierre», son también las nuestras. De hecho, tras el anuncio de Ebro hicimos cuanto estuvo en nuestra mano para que las puertas de ambas azucareras, que dan vida a dos comarcas, permanecieran abiertas. Tendimos una mano hacia Acor y el resto de organizaciones agrarias y solicitamos el apoyo de la Junta y de las cajas de ahorro que participan en la compañía para propiciar una salida que garantizara la continuidad de la actividad. Y hemos de decir que, pese a la invitación de Acor, nos encontramos un poco solos al intentar hallar una salida real y factible para estas plantas.
De pronto, aparece el acuerdo entre Azucarera Ebro y el Comité Intercentros, y el cierre es un hecho. Esos días ASAJA centra su atención en tres puntos, hoy conseguidos y asumidos por la compañía: que la cuota remolachera de Castilla y León se molture aquí; que la compañía garantice que no va a haber más cierres por tiempo indefinido, y que las campañas de molturación, pese a los cambios, no se extiendan más días ni acarreen una pérdida de servicios para el cultivador.
La polémica de estos días ha estado en la asunción o el rechazo del contenido del acta asumido por Azucarera Ebro, CC OO y la Junta. No voy a negar que este documento ha provocado en ASAJA opiniones diversas. Pero a cualquier observador atento no se le escapa que no ha sido exactamente el contenido del acta el que ha recibido las críticas más aceradas –de hecho, las condiciones pactadas, incluso para los agricultores, no eran negativas y, desde luego, notablemente mejores que las de cualquier cierre anterior–. Digamos que lo que se ha estado haciendo ha sido «negar la mayor», es decir, no aceptar unos cierres que, por otro lado, ya están resueltos. Que se lo digan a los trabajadores, que ya están siendo destinados a sus nuevos lugares de trabajo.
Dos cosas preocupaban a ASAJA. La primera, mejorar las condiciones para los cultivadores afectados por esta reestructuración. La segunda, y esa es la que más está pesando en otros colectivos a la hora de no asumir el documento, es el coste social. A nadie se le escapa que no es agradable tener que negociar con una compañía que en muchos casos es el enemigo a batir, también para nosotros. Parece más cómodo quedarse en la retaguardia, lamentando aquello que pudo ser y no fue. Y hemos tenido tentaciones de hacerlo. Sabíamos que así, al menos, no tendríamos que dar explicaciones.
Pero una vez más, no hemos sabido permitírnoslo. Hay una cosa clara: si algo hemos criticado en todo este proceso son los sucesivos incumplimientos por parte de Azucarera Ebro de los compromisos que supuestamente adquirió en anteriores cierres. Ahora se nos da una oportunidad de pertenecer a la Comisión de Seguimiento que supervisará que las inversiones se realicen, que los agricultores reciban sus compensaciones, que las plantas que quedan se pongan a punto para ser competitivas… Es una oportunidad que no podemos desperdiciar; es en la negociación cuando se está a tiempo de cambiar las cosas.
Esa es la principal razón que nos lleva a amparar este documento. Pero además, hemos conseguido mejoras importantes para los remolacheros, que se explicitarán en un anexo adjunto al acta ya firmado. Entre estas mejoras hay algunas sustanciales, como que las compensaciones que la compañía dará a los productores que entregaban en Monzón y Benavente por el incremento de la distancia hasta las plantas se ampliarán al resto de remolacheros afectados por la reordenación y que a partir de esta campaña tendrán que entregar en otras fábricas más lejanas. O garantizar que los beneficios logrados se perpetúen, independientemente de que abandone la producción un cultivador determinado, y que se actualicen en función de las tarifas de los transportistas. O que la compañía asegure que las campañas no superen los 95 días, para no ocasionar perjuicios a los agricultores.
También se ha conseguido un punto que para ASAJA era ya una reivindicación histórica, que es la homologación de los laboratorios de pago por riqueza, en los que se determina la calidad y el descuento que se aplica a la raíz, lo que hace oscilar de forma considerable el valor de la producción. Desde ahora, esos laboratorios se someterán al análisis de una empresa externa de acreditación.
Habrá quien diga que todo esto está muy bien –tal vez sólo los remolacheros sepan valorarlo en su justa medida– pero que los cierres ahí quedan. Es verdad. Ahí quedan, quedan desde hace semanas, cuando la empresa y los trabajadores lo decidieron. En ASAJA sabemos que el daño que se hace a esas dos comarcas, en un medio rural al que precisamente no le sobran iniciativas industriales, es enorme. Hay que «exprimir» hasta el último céntimo de las inversiones prometidas por la compañía y por la Junta para paliar en la medida de lo posible el golpe, y desde luego nosotros lucharemos por ello desde dentro de la Comisión de Seguimiento.
Esta es nuestra decisión. Han sido muchos días de nerviosismo, de dudas, de análisis. Creemos que hemos tomado el camino correcto. También sabemos que es un camino difícil, y que nos va a exigir más trabajo. Pero para eso nos eligen los agricultores, para que trabajemos. Que nos juzguen por ello.
Valladolid, 27 de agosto de 2003
* Donaciano Dujo es presidente de ASAJA de Castilla y León