El apagón eléctrico que afectó a la Península Ibérica se ha saldado sin grandes daños materiales en el sector agrícola de Castilla y León. Sin embargo, la ganadería intensiva, especialmente la productora de leche, y los servicios administrativos asociados a la actividad agraria sufrieron más incidentes. El sector aún espera una evaluación económica del impacto.
El campo ha resistido con entereza el gran apagón eléctrico, pero no sin cicatrices. La agricultura ha registrado menos incidencias significativas gracias al carácter menos dependiente de la electricidad en la mayoría de las explotaciones y el momento actual de los cultivos, que solo en determinadas superficies precisan de riego. Son las granjas de leche y las más tecnificadas, así como los servicios administrativos, las que han padecido las consecuencias de forma más aguda.
Agricultura
En líneas generales, el apagón no ha supuesto un golpe crítico de forma directa para las explotaciones agrícolas. Los cultivos han soportado el parón sin grandes perjuicios, aunque puntualmente pudiera afectar en viveros, refrigeración y sistemas de riego.
Ganadería
El impacto más severo se ha concentrado en la ganadería intensiva, más dependiente de sistemas eléctricos para ordeño, ventilación, suministro de agua, pienso y refrigeración de la leche. En este punto, se prevén pérdidas en leche que no haya podido ser refrigerada y también pueden existir daños en robots de ordeño.
Un sector resilente
En general, el sector agrario y ganadero es previsor y funciona con mayor autonomía que otros. Buena parte de las explotaciones cuentan con generadores y también con combustible y otros elementos, dado que en el medio rural, contra el urbano, es necesario contar con los medios precisos para funcionar durante el tiempo necesario de un modo autónomo.
No obstante, un apagón generalizado como el vivido no deja de ocasionar problemas. En algunas provincias, Segovia en su totalidad y diversas comarcas del resto de provincias -León, Soria, etc.- la falta de electricidad se extendió hasta la mañana de hoy martes, lo que ha generado una situación crítica en granjas sin generadores. En el caso de explotaciones ganaderas, y principalmente granjas de leche, algunas han tenido que recurrir a equipos de emergencia —no siempre disponibles— para evitar la pérdida total de la producción.
También se registraron situaciones singulares como tractores con sistemas de guiado automático inoperativos, o cámaras de frío paralizadas.
Servicios agrarios: gestión paralizada en pleno pico de tramitaciones
Uno de los efectos colaterales más preocupantes ha sido la paralización de la actividad administrativa. Oficinas agrarias de ASAJA sin conexión a Internet o teléfono han dejado en suspenso trámites clave como la PAC o la contratación de seguros agrarios, y muchos ganaderos no pudieron mover animales por la imposibilidad de emitir guías.
A la espera de cuantificar daños
Aunque por ahora no se han realizado estimaciones económicas precisas desde ASAJA ya se trabaja en recabar información para valorar el alcance del apagón. Pérdidas de producción, alimentos desechados, alquiler de generadores de urgencia o interrupciones logísticas son algunos de los factores que podrían engrosar la factura final.


