Para despedir el año, Ebro Puleva anuncia que las cuentas de la compañía están tan saneadas que no sólo cierra el capítulo repartiendo beneficios entre los accionistas, sino que puede garantizar que, para 2003, el valor del dividendo seguirá revalori
Así, en este año tan boyante que ahora cierra la compañía los ganaderos han tenido que soportar recortes de hasta el 15 por ciento en los precios que perciben por la leche que producen. Un recorte que no ha sido trasladado al consumidor final, y que seguramente ha contribuido a que Ebro presente ahora esos excelentes márgenes empresariales. Situación parecida se da con el azúcar en un año como éste, en el que abunda la remolacha excedentaria, situación que aprovechará para ofrecer un precio mínimo al agricultor (sobre 1.600 pesetas por tonelada) que ni siquiera sufraga los costes de transporte a fábrica.
ASAJA lamenta que “ya no hay que apuntar sólo a la intermediación a la hora hallar culpables de las diferencias abismales e injustas entre los productos en origen y comercializados, es que la gran industria también está acaparando grandes beneficios a costa del sector productor”.
“La situación de concentración empresarial, casi de oligopolio en el caso del azúcar, está endureciendo las relaciones entre productor e industria, que ya es una auténtica lucha entre David y Goliat”, afirma ASAJA, que al menos quiere dejar constancia de la injusticia que a veces se ocultan informaciones como la del reparto de dividendos de Ebro Puleva, ya que olvidan a la parte débil que ha contribuido a generar tal riqueza.