Por estas fechas hace poco más de un año, el presidente del Gobierno, el señor Zapatero, estaba preparando el gobierno que le acompañaría tras ganar las elecciones generales. Como casi siempre ha ocurrido en los últimos años, el Ministerio de Agricultura es de los menos tenidos en cuenta, y a su frente se suelen colocar a las personas que menos peso político tienen en sus respectivos partidos.
Por estas fechas hace poco más de un año, el presidente del Gobierno, el señor Zapatero, estaba preparando el gobierno que le acompañaría tras ganar las elecciones generales. Como casi siempre ha ocurrido en los últimos años, el Ministerio de Agricultura es de los menos tenidos en cuenta, y a su frente se suelen colocar a las personas que menos peso político tienen en sus respectivos partidos.
Los primeros rumores apuntaron hacia Fernando Moraleda, por entonces secretario general de la UPA, y quizás cuando este ya se había hecho a la idea, le sorprendió el presidente con la defensa de la paridad entre hombres y mujeres en los cargos políticos. El señor Zapatero encontró entonces a una mujer desconocida en el ámbito político tanto nacional como en su tierra natal, Galicia, e hizo ministra a Elena Espinosa. Pero no iban descaminados los anteriores comentarios, y colocó como secretario general a un “perro presa” con amplia trayectoria sindical, al señor Moraleda.
Durante este año de mandato, desde luego pocas luces, al menos en lo que a lo económico y agrario respecta, ha tenido el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. En todas las negociaciones europeas hemos ido a la cola de los acuerdos tomados por los distintos países, y en el ámbito nacional, las distintas propuestas desde él elaboradas, como las referidas al desarrollo de la PAC o a las crisis sufridas durante este periodo, como la de los carburantes, no podían haber sido más perjudiciales para el sector agrario. Dos líneas claras ha tenido este Gobierno: ahorrarse presupuesto y utilizar sin pudor la demagogia, la falsedad y el engaño para, ignorando los verdaderos intereses de los profesionales de la agricultura y ganadería, utilizar los medios de comunicación para engañar al propio sector y a los ciudadanos en general.
Sin embargo, nunca pensamos desde ASAJA que llegaría la ignorancia a ser tan atrevida. La reciente aprobación del Plan de “Reestructuración” Lácteo es enormemente grave, porque detrás de estos “decretazos” está la clara determinación del Ministerio de privar a los profesionales de la agricultura y ganadería de la libertad de ejercer su profesión y hacerla competitiva. Es el mismo espíritu que llevó al equipo de Espinosa a imponer el máximo acoplamiento posible de las ayudas PAC, a aprobar impuestos como la modulación, el artículo 69 o los peajes de derechos.
La expropiación, en forma de decreto, de la cuota láctea es un paso más. En los últimos años los ganaderos han mejorado e incrementado sus explotaciones para hacerlas más competitivas, obligados por el mínimo margen comercial en la venta de su producción. El gasto que han tenido que hacer en la compra de cuota les ha llevado en muchas ocasiones al endeudamiento y a prescindir de cuestiones básicas para ellos y sus familias. Algo que no sólo no aprecia el Ministerio, si no que desprecia, puesto que va a primar ahora muchos que tomaron la vía fácil de producir sin derechos y que, encima, ahora se van a encontrar con una cuota “gratis total”.
A cambio de esto, la señora ministra se sentirá con argumentos para pedirles el voto en las próximas elecciones gallegas, porque desde ASAJA tenemos claro que este no es un decreto para los ganaderos sino para intentar ganar las elecciones autonómicas gallegas, una de las comunidades más favorecidas con el decreto. Pero además lamentamos que, al igual que pasó en la aplicación de la PAC, tanto COAG como UPA demuestren ser unas organizaciones vendidas, sin criterio empresarial y mucho menos agrícola y ganadero, y a las que lo único que les importa es estar a bien con el Gobierno.
Muchos nos tememos desde esta organización que estas cuestiones sean el inicio de la expropiación total del patrimonio agrícola y ganadero. Y que la señora ministra prosiga el camino iniciado en la cuota láctea con los derechos de pago de las fincas (¿no habló en su toma de posesión de “bancos de tierras”?), o con los derechos de cuota de remolacha. Por lo visto la única preocupación del Ministerio es tener atados todos los sistemas de producción de este país para manejarlos políticamente y así tener amordazados y comprados los votos del sector agrícola y ganadero, como tienen comprados los dirigentes de COAG y UPA.
Pues que sepan que esta organización, ASAJA, que se ha caracterizado siempre por la profesionalidad y la defensa del campo, seguirá este camino y si cabe endurecerá sus posicionamientos, visto que a este gobierno no le interesa ni la agricultura ni la ganadería, ni los agricultores ni ganaderos, sólo la demagogia y el sillón del poder.
Los primeros rumores apuntaron hacia Fernando Moraleda, por entonces secretario general de la UPA, y quizás cuando este ya se había hecho a la idea, le sorprendió el presidente con la defensa de la paridad entre hombres y mujeres en los cargos políticos. El señor Zapatero encontró entonces a una mujer desconocida en el ámbito político tanto nacional como en su tierra natal, Galicia, e hizo ministra a Elena Espinosa. Pero no iban descaminados los anteriores comentarios, y colocó como secretario general a un “perro presa” con amplia trayectoria sindical, al señor Moraleda.
Durante este año de mandato, desde luego pocas luces, al menos en lo que a lo económico y agrario respecta, ha tenido el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. En todas las negociaciones europeas hemos ido a la cola de los acuerdos tomados por los distintos países, y en el ámbito nacional, las distintas propuestas desde él elaboradas, como las referidas al desarrollo de la PAC o a las crisis sufridas durante este periodo, como la de los carburantes, no podían haber sido más perjudiciales para el sector agrario. Dos líneas claras ha tenido este Gobierno: ahorrarse presupuesto y utilizar sin pudor la demagogia, la falsedad y el engaño para, ignorando los verdaderos intereses de los profesionales de la agricultura y ganadería, utilizar los medios de comunicación para engañar al propio sector y a los ciudadanos en general.
Sin embargo, nunca pensamos desde ASAJA que llegaría la ignorancia a ser tan atrevida. La reciente aprobación del Plan de “Reestructuración” Lácteo es enormemente grave, porque detrás de estos “decretazos” está la clara determinación del Ministerio de privar a los profesionales de la agricultura y ganadería de la libertad de ejercer su profesión y hacerla competitiva. Es el mismo espíritu que llevó al equipo de Espinosa a imponer el máximo acoplamiento posible de las ayudas PAC, a aprobar impuestos como la modulación, el artículo 69 o los peajes de derechos.
La expropiación, en forma de decreto, de la cuota láctea es un paso más. En los últimos años los ganaderos han mejorado e incrementado sus explotaciones para hacerlas más competitivas, obligados por el mínimo margen comercial en la venta de su producción. El gasto que han tenido que hacer en la compra de cuota les ha llevado en muchas ocasiones al endeudamiento y a prescindir de cuestiones básicas para ellos y sus familias. Algo que no sólo no aprecia el Ministerio, si no que desprecia, puesto que va a primar ahora muchos que tomaron la vía fácil de producir sin derechos y que, encima, ahora se van a encontrar con una cuota “gratis total”.
A cambio de esto, la señora ministra se sentirá con argumentos para pedirles el voto en las próximas elecciones gallegas, porque desde ASAJA tenemos claro que este no es un decreto para los ganaderos sino para intentar ganar las elecciones autonómicas gallegas, una de las comunidades más favorecidas con el decreto. Pero además lamentamos que, al igual que pasó en la aplicación de la PAC, tanto COAG como UPA demuestren ser unas organizaciones vendidas, sin criterio empresarial y mucho menos agrícola y ganadero, y a las que lo único que les importa es estar a bien con el Gobierno.
Muchos nos tememos desde esta organización que estas cuestiones sean el inicio de la expropiación total del patrimonio agrícola y ganadero. Y que la señora ministra prosiga el camino iniciado en la cuota láctea con los derechos de pago de las fincas (¿no habló en su toma de posesión de “bancos de tierras”?), o con los derechos de cuota de remolacha. Por lo visto la única preocupación del Ministerio es tener atados todos los sistemas de producción de este país para manejarlos políticamente y así tener amordazados y comprados los votos del sector agrícola y ganadero, como tienen comprados los dirigentes de COAG y UPA.
Pues que sepan que esta organización, ASAJA, que se ha caracterizado siempre por la profesionalidad y la defensa del campo, seguirá este camino y si cabe endurecerá sus posicionamientos, visto que a este gobierno no le interesa ni la agricultura ni la ganadería, ni los agricultores ni ganaderos, sólo la demagogia y el sillón del poder.
Donaciano Dujo