Este viernes 26 de agosto celebraremos el IX congreso de ASAJA de Castilla y León. Una organización relevante, que está en el punto de mira de políticos y grupos económicos, a quienes les gustaría domesticarnos. Y una organización que se debe a profesionales de la agricultura y ganadería, que exigen un altísimo nivel de trabajo y reivindicación.
Donaciano Dujo./ Presidente de ASAJA Castilla y León
El tiempo pasa deprisa y parece que fue ayer cuando un 30 de agosto del año 2000 celebrábamos el congreso de ASAJA Castilla y León, en el auditorio de Caja España en la Calle Mayor de palencia. Los responsables de nuestras organizaciones provinciales nos votaron a José Antonio Turrado y a mi persona para dirigir la organización regional. Se cumplen ahora 16 años, que como digo se han pasado como un soplo, y para nada siento que en ese tiempo nos hayan doblegado y domado: si fuera así hace ya mucho que me abría ido para casa. Ni un día hemos perdido la temperatura e intensidad reivindicativa, las ganas de pelear, la independencia de las presiones del poder, y la contundencia en las afirmaciones, lo que no voy a negar que nos ha traído más de un problema, en este mundo en el que con demasiada frecuencia se callan bocas a cambio de unas perras. Unas cosas las habremos hecho bien, y en algunas otras nos habremos equivocado: los errores son inevitables en esta vida, y de lo que se trata es de aprender de ellos para tomar un nuevo impulso. Y algo en eso también hemos aprendido estos años, siempre con la meta de mejorar las condiciones económicas y sociales de nuestro colectivo, los agricultores y ganaderos de Castilla y León.
El objetivo permanece, aunque muchas de las personas que nos acompañaban en aquel congreso de palencia, responsables de las distintas provincias y socios, ya no están con nosotros. Para todos ellos mi más sentido recuerdo y agradecimiento por la labor que desempeñaron en nuestra organización, que es un ejemplo y estímulo para los que la hemos proseguido.
Presidir una organización agraria tiene cosas buenas y malas, pero desde luego a lo que no da tiempo a es aburrirse. Cada legislatura, cada año, cada campaña, ha tenido sus cosas. Algunas las ves venir y puedes prever la solución; otras te caen como un mazazo, y te ves atado de pies y manos sin poder solucionar el problema, como desearías, y tienes que seguir remando con fuerza y sin desalentarte. En estos años hemos tenido que sortear a vacas locas, topillos y lobos. Y sobre todo hemos tenido que irnos a dormir y levantarnos con el problema de la crisis de precios y los costes de producción, que ya se ha convertido en permanente caballo de batalla para ASAJA.
Este viernes 26 de agosto celebraremos nuestro IX congreso. Vuelvo a contar para presidir esta organización con José Antonio Turrado como secretario general, ejemplar sindicalista y amigo. Ambos contamos con el apoyo de los distintos presidentes y juntas directivas provinciales, y contamos con la cobertura de una red de 120 trabajadores que prestan ayudan y sacan las castañas del fuego a los cerca de 16.000 socios de la primera organización profesional agraria de Castilla y León. Una organización relevante, que está en el punto de mira de políticos y grupos económicos, a quienes les gustaría domesticarnos. Y una organización que se debe a profesionales de la agricultura y ganadería, que exigen un altísimo nivel de trabajo y reivindicación, y es bueno que así sea. Ellos no se conforman, quieren avanzar, y yo también. Con ASAJA me ocurre lo mismo que con mi trabajo, la agricultura: estoy orgulloso de ella y me resulta gratificante trabajar cada día por ella. La meta merece la pena.