Dicen los analistas que si la dinámica de un mercado alcista necesita de elementos positivos diariamente, ayer 25 de julio no faltaron ingredientes:
- Todavía hay preocupación por la menor producción de trigo en Europa.
- Las fuertes lluvias deterioran, sobre todo en calidad, la cosecha en Ucrania y Rusia, provocando la germinación en la espiga.
- El rumor de que Rusia podría estar pensando en limitar las exportaciones de trigo para estabilizar sus precios internos.
- Los menores rendimientos esperados para los cereales de primavera en Estados Unidos.
- El comportamiento de los mercados de futuros de Estados Unidos.
- Otro nuevo impulso alcista en el contrato de trigo de Euronex, tanto en volumen como en precio, con incrementos de 5,5 euros tonelada alcanzando los 202,5 euros tonelada.
- La subida del trigo en el mercado físico, tras la importante operación en puerto desde Francia a Argelia y Reino Unido
- Incertidumbre sobre los rendimientos del maíz europeo, azotado por el calor en parte del viejo continente.
- Las cotizaciones al alza de la colza.
Con este panorama, es normal que los agricultores y los operadores del sector se pregunten hasta cuándo puede durar este ascenso, cuál es el techo máximo que se puede esperar, y sobre todo cuándo es el mejor momento para vender o para comprar.
Aquí, en Castilla y León, la tendencia de los agricultores es no vender, y para eso se está haciendo uso de los almacenes propios y de acuerdos de almacenamiento con intermediarios. Las cooperativas también se resisten a cerrar operaciones con las fábricas de piensos y con los broker.
El agricultor, con las rentas muy mermadas tras la mala cosecha del pasado año, quiere beneficiarse de estos precios alcistas en el mundo y en Europa, que todavía no tienen su correlación en Castilla y León. Castilla y León aporta el 40% del grano de España y es la última región en recoger este producto, pues en todas las demás la cosecha ha sido anterior. Por ahora el grano está en manos de los agricultores.
Fuente: ASAJA Castilla y León