ASAJA de Castilla y León respalda la petición de COPA y COGECA, que agrupan a las organizaciones profesionales y cooperativas agrarias de la Unión Europea, para que la Comisión Europea y los gobiernos nacionales, incluido el español, adapten las normas de la condicionalidad establecidas en la PAC a la realidad de la agricultura, especialmente en un momento crítico como el actual, con condiciones meteorológicas extremas y costes de producción elevados.
COPA-COGECA han enviado una nueva carta a los agregados agrícolas de las Representaciones Permanentes ante la Unión Europea, para que lograr un frente común y que la Comisión Europea conceda excepciones no solo en las BCAM 7 y 8, como en la campaña pasada, sino en la condicionalidad en general, debido a las consecuencias de las condiciones climáticas de este año, cuyos efectos se dejará sentir también a lo largo del próximo. Los cambios permitidos el año pasado para mantener el potencial de producción tras los problemas de suministro por la invasión rusa de Ucrania supusieron la no activación de la BCAM 7, que obliga a realizar una rotación completa cada cuatro años en todas las parcelas y a realizar una diversificación de cultivos, y también cambios en la BCAM 8, para poder sembrar en los barbechos. Estas excepciones permitirían a los agricultores dedicar más tierras a la producción, algo importante para el sostenimiento económico de las explotaciones y a la vez para garantizar la producción de alimentos.
ASAJA Castilla y León respalda al cien por cien las peticiones de los agricultores europeos, y lamenta que, ya iniciada la campaña de siembras, el ministro de Agricultura, Luis Planas “no haya movido ficha en este sentido, ignorando sistemáticamente las peticiones del sector y de ASAJA en concreto de permitir excepcionalidades la condicionalidad. Más bien al contrario, Planas se ha alineado en Bruselas con la postura más dura, rechazando los cambios que necesitan los agricultores”, critica ASAJA.
Como argumenta COPA-COGECA, los datos avalan la necesidad de la flexibilidad. El primero está relacionado con la disponibilidad y asequibilidad mundial de alimentos y piensos. El USDA (USA) acaba de anunciar que se espera que la producción de trigo disminuya por primera vez en cinco años, mientras que el consumo mundial sigue aumentando. El segundo problema es la frágil viabilidad económica de las explotaciones agrícolas de la Unión Europea. La bajísima cosecha, combinada con unos costes de producción extremadamente elevados, sobre todo debido a los altos precios de los fertilizantes, ha tenido graves repercusiones en los resultados económicos de los agricultores.
Esta decisión sobre las excepciones debe tomarse de forma urgente a través de un reglamento de aplicación, puesto que las modificaciones de los planes estratégicos de la PAC no proporcionan a los agricultores indicaciones claras. En línea con la reclamación del sector europeo, ASAJA pide al Ministerio de Agricultura que interceda ante la Comisión Europea para que prevea las excepciones necesarias a la condicionalidad de la PAC, a los eco esquemas y a los compromisos agroambientales climáticos en 2024. Esto garantizaría todas las flexibilidades necesarias para evitar penalizar a los agricultores en un contexto de circunstancias excepcionales, y a la vez permitir contar con un suministro alimentario óptimo.