Con ocasión de la celebración hoy viernes de San Antón, santo protector de los animales domésticos y por tanto patrón de los ganaderos, ASAJA de Castilla y León quiere subrayar el papel de la ganadería tanto en la economía regional como en concreto en el sector primario, del que es motor imprescindible. El sector ganadero genera riqueza y empleo, es un complemento imprescindible de la agricultura, y desempeña un papel fundamental en la ocupación y desarrollo del territorio rural.
En Castilla y León el sector ganadero supera al agrario en su aportación a la producción final agraria, aunque oscila según la cosecha: así, en 2021 la agricultura aportó el 45,6%, en 2022 el 48,8% y en 2023, año de sequía, solo el 39%. De esta forma, la ganadería es hoy un sostén sólido y estable para las cuentas económicas de nuestra Comunidad Autónoma. Por importancia económica en facturación, destaca el porcino, seguido por el sector lácteo en las tres especies (ovino, caprino y vacuno), el vacuno de carne, la avicultura de carne y puesta, el ovino y caprino de carne, y otras producciones ganaderas.
ASAJA quiere poner también en valor que el sector ganadero es una actividad económica vertebradora del territorio, ya que, si bien la ganadería intensiva se ubica en zonas pobladas y bien comunicadas, la extensiva ocupa las áreas más periféricas y por lo general desfavorecidas y deshabitadas. Ambos modelos de ganadería son necesarios para abastecer de alimentos sanos y seguros a la población, y a su vez la ganadería es imprescindible y compatible con el modelo de agricultura cerealista predominante en Castilla y León.
En el día de San Antón, ASAJA quiere destacar que recibir una remuneración justa es el principio que sustenta la rentabilidad y continuidad de toda empresa y en este caso de las explotaciones ganaderas. Sin ese principio el futuro de cualquier granja está muy comprometido. La relativa tranquilidad vivida en el último año obedece a esos precios aceptables, que permiten producir y garantizar el suministro a las industrias, y también ha acompañado una climatología benigna para los pastos.
Por último, el sector ganadero, como le ocurre a todo el sector agrario en general, se siente atenazado por la creciente burocracia y los impedimentos medioambientales y de todo tipo para lograr que sus explotaciones funcionen. También preocupa a los ganaderos los problemas sanitarios, y la imposible convivencia con una fauna totalmente descontrolada en numerosas comarcas, con el lobo a la cabeza.