ASAJA ha calificado el mes de diciembre como “crítico” para el sector ovino de Castilla y León, puesto que en estas semanas se concentra el mayor consumo de lechazos y por desgracia también la importación de animales de otros países.
ASAJA ha calificado el mes de diciembre como “crítico” para el sector ovino de Castilla y León, puesto que en estas semanas se concentra el mayor consumo de lechazos y por desgracia también la importación de animales de otros países de razas no enfocadas a la producción de carne de calidad, y a un precio más bajo que el del lechazo autóctono. Esa entrada de animales “tiene por único objetivo presionar a los ganaderos de ovino de la región y obligarles a vender por debajo de costes sus lechazos, porque encima al final ni siquiera el consumidor se beneficia de una bajada de precios, sino que es un margen que se queda la cadena de distribución”, afirma el presidente regional de ASAJA, Donaciano Dujo.
Para ASAJA de Castilla y León es vital que estos días las administraciones intensifiquen los controles sobre las “crecientes y estratégicas” importaciones de cordero, principalmente francés, con las que los intermediarios y mataderos de la región presionan a la baja los precios en el periodo del año más importante para los productores de lechazo de Castilla y León, las fechas navideñas.
Desde el mes de noviembre, coincidiendo con el pico de demanda de este producto, los mataderos regionales comienzan a importar camiones. Las estadísticas a las que la OPA ha podido acceder demuestran que las importaciones de ovino en Castilla y León procedentes de comercio intracomunitario suman en los últimos doce meses 250.000 unidades, una cifra importante pero también algo más baja que la registrada en el año anterior. Las entradas se concentran especialmente en el mes de diciembre, en el que llega más de la mitad de esos corderos (alrededor de 150.000), procedentes en casi un 90 por ciento de Francia y el 10 por ciento restante de Portugal.
ASAJA es consciente de que importar alimentos dentro de la Unión no es delito, pero considera que sí que existe una “confusión maliciosa del consumidor” al etiquetar este lechazo como “sacrificado en Castilla y León”, eludiendo aclarar que se trata de un animal foráneo. En ese sentido, ASAJA exige a las autoridades competentes que el consumidor sea informado con etiquetado claro y bien visible de la procedencia de esta carne, “para que tenga al menos la posibilidad de comprar su lechazo navideño a los ganaderos de la región, como seguramente es el deseo de muchos ciudadanos, conscientes de que así ese beneficio revierte en su tierra. Algo que sin duda hacen los franceses, que presumen con orgullo de consumir producto nacional”.
Además, Donaciano Dujo pide a las consejerías de Agricultura y Ganadería y de Sanidad que se exija a todas las partidas que cruzan la frontera española “que cumplan las mismas condiciones sanitarias y de calidad que se cumplen en nuestro país”. Hay que recordar que es en el mes de diciembre cuando tradicionalmente los ganaderos de ovino de la Comunidad Autónoma dan salida a buena parte de sus lechazos, por lo que de cómo se valore el producto en estas fechas depende buena parte sus ingresos anuales. Por último, ASAJA pide a los ciudadanos, a los consumidores de Castilla y León, que pidan lechazo de la región, un producto de máxima y comprobada calidad, “sabiendo que además así refuerzan la economía de muchas familias ganaderas de esta comunidad y el progreso económico del medio rural y de nuestra tierra en su conjunto”, subraya ASAJA.