La dificultad para encontrar trabajadores pone en peligro la continuidad de muchas explotaciones ganaderas
Las explotaciones ganaderas de Castilla y León están expuestas al riesgo de desaparición en un plazo aproximado de diez años si no se solucionan los problemas generados por la nueva Ley de Extranjería, cuya aplicación dificulta enormemente la contratación de mano de obra extranjera, fundamental para muchos productores de la Comunidad.
La Ley de Extranjería establece que sólo se pueden contratar trabajadores foráneos a través de los denominados contingentes. Esto genera dos dificultades fundamentalmente. Por un lado, los agricultores y ganaderos son muy reacios a realizar contrataciones de personas a las que no han visto nunca, y de las que desconocen su forma de ser y costumbres, ya que, como en Castilla y León prevalecen las pequeñas explotaciones, los trabajadores que se contratan viven en muchos casos con los propietarios. Por otro lado, el contingente solicitado para toda la región no cubre, ni con mucho, las necesidades laborales de los profesionales del campo.
ASAJA Castilla y León considera que para solucionar el problema de falta de mano de obra es preciso una mayor flexibilidad para la contratación de trabajadores extranjeros. Se da la circunstancia de que existen en algunas zonas de la Comunidad grupos trabajadores en situación irregular que realizan trabajos agrarios y ganaderos.
Lo grave es que su situación no se puede regularizar, a pesar del interés que tienen los profesionales de la agricultura y ganadería en ello.
Este problema para contratar trabajadores extranjeros es uno más de los que padece la ganadería regional. Sin ir más lejos, en la provincia de Burgos, por ejemplo, en los últimos diez años se ha registrado una importante pérdida de ganaderos de ovino y caprino: en 1989 estaban inscritos en el censo agrario 3.153 ganaderos de este sector, mientras que sólo forman parte del censo 1.281 actualmente.
La Ley de Extranjería establece que sólo se pueden contratar trabajadores foráneos a través de los denominados contingentes. Esto genera dos dificultades fundamentalmente. Por un lado, los agricultores y ganaderos son muy reacios a realizar contrataciones de personas a las que no han visto nunca, y de las que desconocen su forma de ser y costumbres, ya que, como en Castilla y León prevalecen las pequeñas explotaciones, los trabajadores que se contratan viven en muchos casos con los propietarios. Por otro lado, el contingente solicitado para toda la región no cubre, ni con mucho, las necesidades laborales de los profesionales del campo.
ASAJA Castilla y León considera que para solucionar el problema de falta de mano de obra es preciso una mayor flexibilidad para la contratación de trabajadores extranjeros. Se da la circunstancia de que existen en algunas zonas de la Comunidad grupos trabajadores en situación irregular que realizan trabajos agrarios y ganaderos.
Lo grave es que su situación no se puede regularizar, a pesar del interés que tienen los profesionales de la agricultura y ganadería en ello.
Este problema para contratar trabajadores extranjeros es uno más de los que padece la ganadería regional. Sin ir más lejos, en la provincia de Burgos, por ejemplo, en los últimos diez años se ha registrado una importante pérdida de ganaderos de ovino y caprino: en 1989 estaban inscritos en el censo agrario 3.153 ganaderos de este sector, mientras que sólo forman parte del censo 1.281 actualmente.