La ministra de Agricultura, Elena Espinosa, visitó el martes la Feria Alimentaria Castilla y León en el primer acto institucional en la región después del varapalo a los fondos del Programa de Desarrollo Rural.
La ministra de Agricultura, Elena Espinosa, visitó el martes la Feria Alimentaria Castilla y León en el primer acto institucional en la región después del varapalo a los fondos del Programa de Desarrollo Rural. El apoyo a la industria agroalimentaria, consistente en subvenciones a las inversiones, representa casi el 12 por ciento de todo el presupuesto del Programa de Desarrollo Rural de Castilla y León, un programa que sufrió un recorte de 797 millones de euros en ayudas europeas compensadas parcialmente con un mísero esfuerzo de la administración del Estado y con un esfuerzo mayor, de 322 millones de euros adicionales, de la Junta. Pero además de esta importante línea de ayuda, la industria agroalimentaria se beneficia también de las líneas de apoyo a la promoción de los productos y hasta de los programas Leader y Proder, que también cuelgan del Plan de Desarrollo Regional aprobado por el Gobierno de una forma sectaria y discriminatoria para esta región.
La ministra Espinosa llega a Castilla y León en plena crisis del sector lácteo de ovino, donde los quesos de Francia y resto de Europa se están haciendo con nuestros mercados con una oferta basada en el precio y no en la calidad. La industria agroalimentaria más fuerte de la región, sin duda la del azúcar, vive momentos de fuerte incertidumbre y está abocada a reducir su producción como consecuencia de una nefasta negociación de la OCM que exige reducir a la mitad la producción. No se puede pasar por alto la postura del Gobierno respecto a la inclusión del vino dentro de las bebidas alcohólicas, algo que se ha quedado por ahora encima de la mesa ante la reacción del sector. Un sector que mira con incertidumbre, dadas las dotes negociadoras de Elena Espinosa, el futuro desenlace de la nueva OCM basada en el arranque de cepas y la reducción de fondos, sin apostar por la calidad y la comercialización.
Hay que recordar a Elena Espinosa las esperanzas que el sector agrario ha depositado en el futuro de los biocarburantes, esperanzas que se están viendo truncadas por la tardanza y poca decisión del Gobierno a la hora de definir el porcentaje obligatorio de mezclas de bioetanol y biodiesel en los carburantes derivados del petróleo. Fruto de esta situación, la ministra llega a la región en medio de una anunciada parada de la actividad en la empresa señera de esta región, Biocarburantes de Castilla y León, que produce bioetanol en la localidad salmantina de Babilafuente.
La ministra Espinosa, que se paseó por Alimentaria de Castilla y León, no ha hecho nada por los productos de calidad de esta región, no ha hecho nada en apoyo a los proyectos empresariales, no ha hecho nada para fomentar las exportaciones y conquista de nuevos mercados, y no ha hecho nada por los agricultores, que son en todo esto el primer eslabón de la cadena, salvo que cuente en su haber con un Plan Lácteo que nos arrebató 13.000 toneladas de cuota lechera a favor de Galicia.
La ministra Espinosa llega a Castilla y León en plena crisis del sector lácteo de ovino, donde los quesos de Francia y resto de Europa se están haciendo con nuestros mercados con una oferta basada en el precio y no en la calidad. La industria agroalimentaria más fuerte de la región, sin duda la del azúcar, vive momentos de fuerte incertidumbre y está abocada a reducir su producción como consecuencia de una nefasta negociación de la OCM que exige reducir a la mitad la producción. No se puede pasar por alto la postura del Gobierno respecto a la inclusión del vino dentro de las bebidas alcohólicas, algo que se ha quedado por ahora encima de la mesa ante la reacción del sector. Un sector que mira con incertidumbre, dadas las dotes negociadoras de Elena Espinosa, el futuro desenlace de la nueva OCM basada en el arranque de cepas y la reducción de fondos, sin apostar por la calidad y la comercialización.
Hay que recordar a Elena Espinosa las esperanzas que el sector agrario ha depositado en el futuro de los biocarburantes, esperanzas que se están viendo truncadas por la tardanza y poca decisión del Gobierno a la hora de definir el porcentaje obligatorio de mezclas de bioetanol y biodiesel en los carburantes derivados del petróleo. Fruto de esta situación, la ministra llega a la región en medio de una anunciada parada de la actividad en la empresa señera de esta región, Biocarburantes de Castilla y León, que produce bioetanol en la localidad salmantina de Babilafuente.
La ministra Espinosa, que se paseó por Alimentaria de Castilla y León, no ha hecho nada por los productos de calidad de esta región, no ha hecho nada en apoyo a los proyectos empresariales, no ha hecho nada para fomentar las exportaciones y conquista de nuevos mercados, y no ha hecho nada por los agricultores, que son en todo esto el primer eslabón de la cadena, salvo que cuente en su haber con un Plan Lácteo que nos arrebató 13.000 toneladas de cuota lechera a favor de Galicia.