ASAJA de Castilla y León ha reclamado a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural que actúe con contundencia y de forma coordinada con todos los afectados para frenar a los topillos campesinos, que en estos momentos invaden varias comarcas del centro de la comunidad autónoma, la Tierra de Campos.
En una carta remitida a la titular, María González Corral, ASAJA Castilla y León insta a poner en marcha todas las herramientas de control establecidas en la Estrategia de gestión integrada de riesgos derivados de la presencia de topillo, incluso la declaración de plaga si el nivel de riesgo así lo exige. Además, ASAJA solicita compensaciones por los daños causados a los agricultores y la puesta a su disposición de las herramientas y la flexibilidad necesarias para poder luchar en sus explotaciones contra la plaga.
Al comienzo de la sementera de la cosecha actual ASAJA ya detectó una presencia más elevada de lo habitual del roedor en el núcleo en que ya es endémico, la Tierra de Campos de Palencia y Valladolid. Hoy, ocho meses después, las temperaturas suaves de invierno y las medidas recomendadas no han frenado el avance del topillo, y hoy, a medida que avanza la cosecha, los agricultores presencian una explosión poblacional descontrolada que se amplía en las zonas de origen y se extiende hacia Campos-Pan en Zamora o en la zona de Arévalo, Medina del Campo o este de Salamanca.
En las zonas origen de la alarma llevan padeciendo daños en sus cultivos durante toda la campaña agrícola. Muchos agricultores han dado parte al seguro, si bien no siempre estos daños finalmente serán indemnizados por los requisitos del propio seguro al no llegar al mínimo de daño exigido y, por tanto, tampoco se constatará la magnitud de los daños. Las zonas arrasadas dentro de una parcela, con hasta más de un 80% de pérdidas, en parcelas grandes se transforman en un porcentaje mucho menor que no llega al mínimo exigido para cobrar indemnización, por lo que la información obtenida por esta vía no es la real.
Se da la circunstancia que muchas de las principales medidas recomendadas por la propia administración para frenar al topillo campesino no pueden ser realizadas por los agricultores afectados, por ser incompatibles con las exigencias de la PAC. Es imprescindible permitir a los agricultores de las zonas afectadas ciertas excepcionalidades sin perder ayudas y sin ningún tipo de sanción, como en parcelas de siembra directa dar un pase de chísel o descompactador previamente a la siembra, o labores de remoción del terreno mínimo cada 7 años, así como en parcelas de laboreo convencional levantar el rastrojo con labor profunda y de volteo en cuanto las condiciones del suelo lo permitan.
Además, ASAJA reclama que todas las administraciones titulares de las zonas reservorio y vías de dispersión -márgenes de infraestructuras como vías de tren, carreteras, caminos, o de cauces de ríos o arroyos-, pongan sus medios a disposición del plan de control y colaboren en la limpieza.