La Junta Directiva de ASAJA de Castilla y León apuesta por que la aplicación de la Reforma de la PAC se efectúe en nuestro país lo antes posible, es decir, en el año 2005, y también por desacoplar totalmente todos los sectores afectados por esta reforma.
A lo largo de los últimos meses, ASAJA ha realizado asambleas y reuniones para conocer el parecer de sus afiliados y contrastar los puntos de vista de las diferentes sectoriales que componen la organización profesional agraria. Finalmente, la Junta Directiva regional, reunida ayer, plasmó un documento consensuado en el que se expresa el sentir mayoritario de los agricultores y ganaderos de ASAJA. Este documento será remitido estos días tanto al presidente nacional de la OPA, Pedro Barato, como al consejero de Agricultura y Ganadería, José Valín, con el deseo de que transmita nuestras reivindicaciones en la Sectorial de Agricultura que reunirá el próximo 7 de diciembre en Zaragoza. En ella, los responsables autonómicos y el ministro de Agricultura, Miguel Arias, decidirán el modelo de desacoplamiento y el año de aplicación de la nueva reforma de la PAC para nuestro país.
-En cuanto al año de aplicación (las posibles opciones eran los años 2005, 2006 ó 2007) ASAJA considera que conviene elegir el año 2005, porque todo lo que sea retrasar la aplicación generará mayor incertidumbre en el sector: se paralizarían los ceses y las nuevas incorporaciones, habría. multitud de problemas por la titularidad de los derechos, el mercado de la tierra se bloquearía, etc.
-Respecto al desacoplamiento, por el que en un principio apostaba ASAJA, el denominado desacoplamiento parcial (que supondría que como máximo estaría vinculada a la producción el 25 por ciento de la ayuda), propuesto por la Comisión como una excepción voluntaria sobre la propuesta del comisario europeo de Agricultura, es en realidad más negativo que la propuesta de Franz Fischler.
“Dado que las dos únicas alternativas es este mísero desacoplamiento parcial o bien el desacoplamiento total, es más beneficioso el segundo para los agricultores y ganaderos, puesto que les permite una mayor libertad para orientar sus producciones hacia las demandas del mercado y del consumidor, lo que generará una agricultura y ganadería, y también una agroindustria más competitiva”, afirma ASAJA.
A partir de ahora, el agricultor podrá decidir, atendiendo a criterios económicos, la superficie que quiere sembrar, así como otras variables como las cultivos, variedades, tipo de producción, etc. sin estar supeditado al cumplimiento de una serie de controles burocráticos que estaban determinando lo que se sembraba, sólo por cobrar la ayuda. “La nueva PAC será un reto para los verdaderos agricultores profesionales, que tendrán la oportunidad de regir sus explotaciones con criterios empresariales, eligiendo cultivos como las forrajeras o las legumbres, casi abandonados actualmente por no recibir ayudas, a pesar de tener mercado, o innovar con otras producciones como las orientadas a biocombustibles”. Además, señala ASAJA, este tipo de agricultura repercutirá en una mejora del medio ambiente, porque al apostarse por la calidad y no tener la producción como única obsesión se elegirán cultivos que requerirán menos fertilizantes y abonos, e incluso se podrán recuperar prácticas como “el año y vez” en los terrenos que lo precisen.
La organización considera que la posible disminución de la producción que estos cambios acarrearán será suplida económicamente porque los precios que se obtengan serán más elevados y también por la reducción de los input.
ASAJA también apuesta por el desacoplamiento en ganadería. En ovino-caprino el caso es similar al de la agricultura: desacoplar la ayuda permitirá al ganadero oscilar el número de cabezas, atendiendo a necesidades productivas y de manejo o a la situación del mercado, y podrá elegir métodos en los que prime la calidad. Igualmente, ASAJA apuesta, por similares motivos, por el desacoplamiento total para la prima de vacuno macho y de vaca nodriza.
ASAJA entiende que sería peligroso optar por el desacoplamiento total en unos sectores y por el parcial en otros, porque generaría distorsiones entre los agricultores y ganaderos. Además, hay que tener en cuenta que el desacoplamiento total supondrá una mayor simplicidad a la hora de tramitar ayudas y efectuar controles, y eliminará una considerable carga burocrática. Por último, un dato: los países europeos que hasta ahora han manifestado su opinión, han elegido también como más sensata y beneficiosa para los profesionales el desacoplamiento total, así como que la reforma de la PAC sea aplicada en el año 2005.