ASAJA ha reclamado ayudas directas y urgentes que permitan la viabilidad del sector apícola, que ha sido sistemáticamente ignorado por todas las administraciones en las convocatorias de ayudas excepcionales por el incremento de costes a raíz de la guerra en Ucrania.
En una carta enviada hoy al consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas, el presidente de ASAJA Castilla y León, Donaciano Dujo, pide el compromiso de la Junta con los profesionales de la apicultura, ”que arrastran una campaña penosa, con bajísimas producciones y a la vez desorbitados costes de producción”.
Diversos factores a lo largo del año han contribuido a una merma importante de la cabaña apícola. Como factor principal, la sequía y las altas temperaturas, que han llevado a una mala cría del insecto, propiciando una elevada mortandad en la cabaña, lo que se traduce en una reducción importante en la producción, situación que tardará en remontar y se prolongará en el invierno.
Además, la imposibilidad de trabajar en las colmenas, debido a la prohibición de uso de ahumadores durante los constantes periodos de alarma por riesgo de incendio, han sido otro de los factores que han repercutido negativamente en el sector.
Por otro lado, también ha impactado, como en el resto de los sectores, el elevado incremento de los costes de producción, que merman la economía ya maltrecha del profesional. Y el futuro no se vislumbra mejor, puesto que los costes de producción continúan al alza. Eso sin contar las oscilaciones del consumo de miel y la competencia en el mercado de miel y sucedáneos procedente de otros países.
Todo ello ha repercutido en que, según estimaciones de la Asociación de Apicultores Salamantinos, la producción de miel en este periodo se haya visto reducida en un 60%, y la de polen en un 30% aproximadamente; teniendo en cuenta que los precios pagados al apicultor no han experimentado alzas correlativas, la situación del profesional se agrava más si cabe.
ASAJA Castilla y León pide a la Junta que dé un paso en apoyo del sector apícola, olvidado hasta ahora en las ayudas, tanto de fondos europeos, nacionales como autonómicos, para paliar el impacto en los mercados de la guerra de Ucrania. “La apicultura es una actividad ganadera muy positiva y sostenible, que además está presente en zonas donde difícilmente puede haber otra actividad. Y además hay un número importante de jóvenes que se han incorporado con ella. Las administraciones no pueden abandonarlos a su suerte”, señala Donaciano Dujo. Según datos oficiales (Ministerio Agricultura, 2021), hay cerca de 700 apicultores profesionales en Castilla y León, que tienen en la miel su principal fuente de ingresos.