Queremos que estas líneas sirvan de recordatorio a quienes van a representarnos en los próximos cuatro años. En ellas se resumen las principales reivindicaciones de quienes viven de y por el campo.
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Hemos “sufrido” en los últimos días el bombardeo constante de las consignas políticas de los candidatos de todos los partidos, cada uno intentando arrimar el ascua a su sardina. Ahora que la campaña ha terminado, y que las urnas han arrojado el resultado de la voluntad de los hombres y mujeres de la región, esperamos que las promesas reiteradas a lo largo del tiempo no caigan en el olvido y que sobre todo aquellas que guardan relación con lo que nos importa, el campo, se materialicen y conviertan en realidad.
Vaya desde aquí el apoyo de los agricultores y ganaderos castellanos y leoneses al nuevo gobierno elegido por los votantes, pero también la exigencia de que se cumplan esos compromisos que se recogían en los programas electorales. Por eso, queremos que estas líneas sirvan de recordatorio a quienes van a representarnos en los próximos cuatro años. En ellas se resumen las principales reivindicaciones de quienes viven de y por el campo.
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Lucha contra la reforma de la PAC
Las medidas propuestas en esta reforma de la Agenda 2000 en nada benefician a nuestro sector agrícola y ganadero de Castilla y León que, desde luego, no ha pasado por sus mejores años en el periodo anterior. Nuestras maltrechas economías se ven en estos momentos acechadas por unas políticas desincentivadoras de la producción destinadas a los países ricos como grandes producciones y en nada propicias para la región castellana y leonesa. La reforma conllevaría el desmantelamiento del sistema de deshidratación de los forrajes tal y como hoy lo entendemos, con unas infraestructuras en Castilla y León modernas y dinámicas que se pueden ver truncadas por un referente productivo histórico que no tenemos en la región y que sí puede beneficiar a otras regiones españolas. Además, el impuesto llamado modulación servirá a la UE para ahorrarse parte del presupuesto y dedicarlo a otros fines distintos al sector agrícola y ganadero o a otros agricultores que no son los castellanos y leoneses. No hay que olvidar el desacoplamiento de las ayudas en relación con la productividad de nuestras fincas, lo que propiciará el desmantelamiento productivo y social de nuestro mundo rural.
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Creación de inteprofesionales
Esta reforma provocaría una bajada de los precios de intervención en un 5 por ciento, lo que conllevaría que muchas de las producciones de Castilla y León fueran inviables, puesto que el coste de producción es mayor que el valor de la propia producción. Para evitar un problema que hoy es ya una realidad, la creación de interprofesionales serviría para mejorar el precio de nuestros productos y conseguir que se reconozca el esfuerzo, y evitar que se beneficien sólo los intermediarios y las grandes superficies con ello. No es preciso recordar ahora la lucha que en este sentido estamos manteniendo desde ASAJA, sobre todo en lo que respecta a dos productos: la leche y las patatas. Por un lado, la amenaza de las industrias lácteas de seguir bajando los precios de la leche de una manera injustificada, lo que propiciará la ruina de los ganaderos de Castilla y León mientras se benefician las industrias e intermediarios de una leche a bajo precio y de la que sacan la máxima rentabilidad; por otro, los ridículos precios que percibe el agricultor del sector de la patata, han llevado a esta organización a pedir en innumerables ocasiones que se cree una OCM de la patata, o que se arbitre una interprofesional del cultivo que acoja a productores, intermediarios y distribución, para fijar unos precios mínimos para cada sector.
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Apoyo a la empresa agraria
Con todas estas circunstancias, se nos presenta un panorama nada halagüeño. La entrada de España en la UE supuso un cambio drástico en el sector y nuestros productos perdieron parte de su valor: no tienen valor de venta, y se nos compensa con unos míseros pagos. La sociedad desconoce que seguimos produciendo alimentos de buena calidad al mismo precio de hace años y que, sin embargo, son los intermediarios quienes se benefician de ello. Pedimos, pues, un apoyo decidido de este nuevo gobierno a la empresa agraria y a las cooperativas para que nuestros productos dejen de bajar de precio mientras suben en el supermercado y para conseguir retener su valor añadido, para poder ser ciudadanos con los mismos derechos y posibilidades que los de otras profesiones y evitar así el abandono de nuestra profesión, la más digna de cuantas existen.
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Regadíos
Desde ASAJA de Castilla y León pedimos el presupuesto y las decisiones políticas precisas para que se dote a la región de las infraestructuras hidráulicas necesarias y lógicas del siglo XXI, una región con deficiencia de embalses para almacenar el agua sobrante del invierno y disponer de ella para los regadíos y la sociedad en el verano, y así poder regular los ríos que tantos destrozos hacen cuando las lluvias y las nieves son excesivas. Nuestros regadíos no tienen el grado de eficacia y las condiciones deseables para los años que vivimos y, desde luego, la velocidad que llevamos de ejecución de nuevos regadíos y mejora de los existentes tampoco es ejemplar. La creación de nuevos embalses que regulen nuestros cauces y almacenen agua para los tiempos de sequía, la mejora de la infraestructura de riego en Castilla y León y la ampliación de la misma, y la potenciación de los cultivos de regadío con más cuota de producción y ausencia de penalizaciones son las reivindicaciones ya históricas de ASAJA. Además, pedimos la puesta en marcha de manera decidida del Plan Nacional de Regadíos y del Plan Hidrológico Nacional.
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Apoyo a los programas medioambientales
ASAJA ya ha venido advirtiendo, mucho antes de que se iniciase el periodo electoral, de la falta de dotación presupuestaria en el gobierno regional que lleva a situaciones graves. Los programas medioambientales, una línea muy importante como complemento de rentas y como impulso de las prácticas compatibles con el medio ambiente, cuenta con fondos para atender sólo 1.500 de las 7.000 peticiones presentadas. El presupuesto de 2003 no ha crecido un solo euro en esta línea, de manera que todos los años arrastramos un porcentaje muy elevado de expedientes denegados.
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Eliminar la burocracia
Esta falta de fondos se agrava con las trabas administrativas, la poca agilidad y la cada vez mayor burocratización de la Consejería, que ocasiona muchos problemas a los agricultores y ganaderos y les obliga a perder tiempo de ventanilla en ventanilla, en lugar de dedicarse a sus actividades profesionales. Al mismo problema se enfrentan nuestros jóvenes que quieren incorporarse a la actividad agraria. Este sector necesita explotaciones que estén dimensionadas, pero los arrendamientos son desproporcionados y son los arrendatarios quienes se quedan con los márgenes. Es en el momento de la incorporación cuando los jóvenes necesitan el incentivo económico, no mucho tiempo después, cuando ya están empeñados. Lo que pedimos son ayudas reales y a tiempo, para devolver la ilusión a los agricultores y ganaderos.
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En definitiva, queremos una política agraria que acabe con la incertidumbre que acecha en estos momentos al sector agrícola y ganadero. De ella depende que en los próximos meses los hombres y mujeres del campo de Castilla y León sigamos o no formando parte del futuro de la región.
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