Han sido Norniella y Espinosa quienes han dejado a Valín «con las vergüenzas al aire», y no los agricultores. La organización agraria le exige a Valín que “pique” más alto, y que exija responsabilidades tanto el presidente de Azucarera Ebro, José Manuel Fernández Norniella, como a la ministra de Agricultura, Elena Espinosa.
La responsabilidad del presidente de Ebro es evidente, pues ASAJA considera que una decisión con tanta trascendencia política y económica no se pudo tomar sin el consentimiento del presidente, y previsiblemente del propio Consejo de Administración, en el que se sientan destacados representantes de las cajas de ahorro de la región. Por otra parte, la responsabilidad de la ministra de Agricultura viene dada por su competencia en velar por el buen desarrollo de los acuerdos interprofesionales y el cumplimiento de los reglamentos europeos, y hasta la fecha el MAPA no ha decidido sobre el arbitraje que le ha pedido el sector productor al tomar decisiones Azucarera Ebro que contravienen el espíritu y la letra del Acuerdo Marco Interprofesional remolachero (AMI) en vigor.
ASAJA, que criticó desde un primer momento la oferta de Azucarera Ebro de contratar remolacha a bajo precio, entiende, no obstante, y pide que el consejero lo entienda también, la postura de los remolacheros de la región. El sector ha contratado este tipo de remolacha de bajo precio como una opción casi desesperada de mantener la actividad en amplias zonas de regadío en las que se han hecho importantes inversiones coincidiendo con la caída de precios de otros productos como las patatas o el maíz. Algo tendrá que ver también el consejero, y la administración agraria en general, en la crítica situación que atraviesa el campo para que los remolacheros estén dispuestos a producir con más costes que el año anterior y cobrando por el producto un 25 por ciento menos.
ASAJA exige a Elena Espinosa y a José Valín que reconduzcan esta situación haciendo valer los acuerdos interprofesionales establecidos al amparo de una Ley del Estado Español, y que garanticen una defensa firme de nuestros intereses en Bruselas en una negociación que, siendo difícil, se ha venido a complicar con los últimos acontecimientos.