En el mismo día en el que los ganaderos de leche protestaban en la calle por los injustificados recortes de precios a los que les someten las industrias distribuidoras, la Consejería de Agricultura y Ganadería ha publicado la orden por la que se regulan las ayudas para la financiación de programas de mejora de calidad de la leche cruda de vaca, cabra y oveja.
De este modo, tal como denuncia ASAJA, la Consejería deja en manos de las industrias, que sí continúan siendo receptoras de estas ayudas, la última palabra para incluir o excluir a los ganaderos en estos programas de mejora. Así, si el ganadero quiere acceder a alguna de estas acciones subvencionadas (adecuación de instalación y equipos, mejora de las condiciones higiénicas y sanitarias, prevención y control de enfermedades como la mamitis, mejora genética y nutrición, adquisición de equipos informáticos, etc.) “tendrá que estar a bien y aprender a decir Sí, bwana a la industria correspondiente, ya que de lo contrario quedará fuera de la lista de beneficiados”, subraya ASAJA, que califica de error dejar fuera al profesional en lugar de reforzar su presencia y protagonismo en este tipo de ayudas.
Con la eliminación de las líneas dirigidas específicamente al ganadero, la Administración se ahorra 1.800.000 euros anuales (800.000 dirigidos a ganaderos de leche de vaca y un millón más a los de oveja y cabra). También se ha rebajado la cuantía de las partidas destinadas las actividades promovidas desde las industrias, que se quedan en 650.000 euros en el caso de los programas de leche de vaca (550.000 euros menos que el año pasado), y en 550.000 para leche de oveja y cabra (950.000 euros menos). En total, el recorte experimentado en estas ayudas de la campaña 2004 a la actual ha sido brutal: 3.300.000 euros, un 73 por ciento menos.