Doña Helena Caballero, presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), está sumando en su corto periodo de mandato el máximo rechazo de propios y extraños a las decisiones adoptadas. No deber resultar extraño que los afectados y perjudicados por sus medidas la critiquemos, censuremos y exijamos su dimisión; pero muy mal lo tiene que llevar cuando dirigentes de su propio partido, el PSOE, tienen que dar ruedas de prensa para desautorizarla.
Doña Helena Caballero, presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), organismo –no lo olvidemos– dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y de su titular, Cristina Narbona, está sumando en su corto periodo de mandato el máximo rechazo de propios y extraños a las decisiones adoptadas.
No deber resultar extraño que los afectados y perjudicados por sus medidas la critiquemos, censuremos y exijamos su dimisión; pero muy mal lo tiene que llevar cuando dirigentes de su propio partido, el PSOE, tienen que dar ruedas de prensa para desautorizarla.
Dicen que su nombramiento se impuso a Castilla y León directamente por Cristina Narbona, compañera a su vez del ex–ministro José Borrell, que en su momento se encargó de no hacer el pantano de Vidrieros en Palencia, cuando estaba aprobado y presupuestado. Pero por lo visto la ministra supera ya a su maestro y lo que era o iba a ser el pantano de Castrovido en Burgos pretende convertirlo en un mero charco de ranas.
Todos estos despropósitos, intenciones perversas y acciones perjudiciales para los intereses castellanos y leoneses son aplaudidos, aireados, y por lo tanto, aprobados, por parte de la presidenta de la CHD, y a su vez ésta, si por el camino encuentra algún técnico que no está de acuerdo con estos planteamientos, le cesa y punto.
Es más, al igual que ha pasado con Borrell y Narbona, Caballero supera a su maestra en cuanto a prepotencia y rechazo a todos los planteamientos agrícolas y sociales sobre cuestiones hidráulicas de Castilla y León.
Con anteriores presidentes como Carlos Halcón, del Partido Popular, fuimos críticos hasta el punto de encontrarnos con una situación similar a la actual. En ese momento contábamos con el apoyo del PSOE, que no le dolían prendas en la crítica para sacar el máximo provecho social y, de paso, político. Concejales, procuradores, senadores, diputados, etc. estaban dispuestos a coger la pancarta de la presión, siempre al lado del pueblo y en contra de poder.
Pero con el cambio de gobierno, no sabemos y, evidentemente, no lo están demostrando, si serán capaces los socialistas de sostener una administración seria y que gobierne; y los populares de ejercer una oposición seria, firme y reivindicativa. Y, sobre todo, nos preguntamos si estarán dispuestos los concejales, procuradores, diputados y senadores del PP a estar al lado del pueblo y preguntar al gobierno de Zapatero: ¿Cuando Helena Dimite?
No deber resultar extraño que los afectados y perjudicados por sus medidas la critiquemos, censuremos y exijamos su dimisión; pero muy mal lo tiene que llevar cuando dirigentes de su propio partido, el PSOE, tienen que dar ruedas de prensa para desautorizarla.
Dicen que su nombramiento se impuso a Castilla y León directamente por Cristina Narbona, compañera a su vez del ex–ministro José Borrell, que en su momento se encargó de no hacer el pantano de Vidrieros en Palencia, cuando estaba aprobado y presupuestado. Pero por lo visto la ministra supera ya a su maestro y lo que era o iba a ser el pantano de Castrovido en Burgos pretende convertirlo en un mero charco de ranas.
Todos estos despropósitos, intenciones perversas y acciones perjudiciales para los intereses castellanos y leoneses son aplaudidos, aireados, y por lo tanto, aprobados, por parte de la presidenta de la CHD, y a su vez ésta, si por el camino encuentra algún técnico que no está de acuerdo con estos planteamientos, le cesa y punto.
Es más, al igual que ha pasado con Borrell y Narbona, Caballero supera a su maestra en cuanto a prepotencia y rechazo a todos los planteamientos agrícolas y sociales sobre cuestiones hidráulicas de Castilla y León.
Con anteriores presidentes como Carlos Halcón, del Partido Popular, fuimos críticos hasta el punto de encontrarnos con una situación similar a la actual. En ese momento contábamos con el apoyo del PSOE, que no le dolían prendas en la crítica para sacar el máximo provecho social y, de paso, político. Concejales, procuradores, senadores, diputados, etc. estaban dispuestos a coger la pancarta de la presión, siempre al lado del pueblo y en contra de poder.
Pero con el cambio de gobierno, no sabemos y, evidentemente, no lo están demostrando, si serán capaces los socialistas de sostener una administración seria y que gobierne; y los populares de ejercer una oposición seria, firme y reivindicativa. Y, sobre todo, nos preguntamos si estarán dispuestos los concejales, procuradores, diputados y senadores del PP a estar al lado del pueblo y preguntar al gobierno de Zapatero: ¿Cuando Helena Dimite?
* Presidente de ASAJA Palencia