Haciéndolo tan mal, nadie sacó tanto provecho político como Fernando Moraleda del Plan de Reestructuración Lácteo, que tanto contribuyó a que el PSOE ganara las elecciones de Galicia, y por lo que ZP, en agradecimiento, le ha llevado a la Secretaría de Estado de Comunicación.
Queridos amigos:
Son muchos los acontecimientos agrarios que en las últimas semanas van transcurriendo, tanto relacionados directamente con la agricultura y ganadería, como los puramente políticos. De los últimos es la “patada hacia arriba” que a Moraleda le ha dado “ZP”. Hace poco más de año y medio teníamos un sindicalista de UGT dirigiendo a la UPA, que con chaqueta de pana y propaganda fácil hacía demagogia en tantas reuniones como podía para defender un modelo de agricultura trasnochado y que poco tiene que ver con la agricultura y ganadería actual. En tiempos de Felipe González no gozó de especial predicamento, era simplemente un sindicalista que había conseguido la no fácil tarea de levantar una organización agraria de la nada y a servicio de la causa de UGT, pero no el “gurú” agrario en que le convirtió su amistad con ZP. Tras las últimas elecciones nacionales, en las cuales el Partido Socialista se hizo con el gobierno de la nación, se barajó el nombre de Fernando Moraleda para ministro de Agricultura. No pudo ser porque había que mantener la cuota femenina en el Ministerio y por la cuota gallega de poder dentro del Gobierno. Sin embargo accedió a la secretaría general dentro del Ministerio, liderando en este año y medio tanto la política y las declaraciones que han salido desde Atocha, y pasando por la izquierda a la ministra, doña Elena Espinosa. Ella, por no tener conocimiento de la agricultura y por poseer poca proyección política, ha pasado estos meses haciéndose un hueco en el ministerio, con alguna que otra discrepancia con el secretario, por ocupar éste muchas veces su puesto.
Pronto se olvidó Moraleda de los problemas de la agricultura y la ganadería y se dedicó de pleno a hacer política barata y a intentar por todos los medios descalificar a aquellos que le recordábamos día tras día aquellas peticiones que hizo cuando estaba al frente de UPA. No han sido pocos los enfrentamientos que ha mantenido con ASAJA, demostrando siempre prepotencia y desprecio hacia los agricultores y ganaderos españoles. Ha utilizado todas las artimañas posibles, tanto políticas como económicas, para hacer del campo español la ruina de los profesionales. No se le ha conocido ni se le puede reconocer ningún éxito que beneficie al sector, ni al frente de UPA ni mucho menos como secretario general del ministerio. Se estrenó en la negociación en Bruselas del algodón, el tabaco, aceite de oliva y lúpulo, sectores minoritarios en Castilla y León, pero que nos sirvió para conocer sus “habilidades” negociadoras. En temas concretos de nuestra región, Moraleda demostró una total amnesia: el gasóleo profesional, el precio de los fertilizantes, el desajuste entre lo percibido por el agricultor y lo pagado por el consumidor, el certificado veterinario, las ayudas a la sequía, la anunciada Ley de desarrollo rural, la mejora y creación de nuevos regadíos, y tantos otros temas que él exigió como sindicalista y que cuando tuvo oportunidad de verlos publicados en el BOE dio la espalda al sector.
En estos momentos el tema clave para Castilla y León es en la reforma de la OCM de la remolacha. Hace pocos días el todavía secretario del ministerio volvía a Castilla y León para de nuevo vendernos las excelencias de su gestión, asegurando que los cultivadores de esta región mejorarían sus condiciones con la nueva OCM y que no perderían ni cupo ni poder adquisitivo. Por lo visto, para cumplir esta última promesa ha decidido dejar Atocha e irse a la Moncloa. Nunca un sindicalista tuvo más poder y nunca alguien con tanto poder hizo tanto daño al campo castellano leonés. Y haciéndolo tan mal, nadie sacó tanto provecho político como Fernando Moraleda del Plan de Reestructuración Lácteo, que tanto contribuyó a que el PSOE ganara las elecciones de Galicia, y por lo que ZP, en agradecimiento, le ha llevado a la Secretaría de Estado de Comunicación.