Verdaderamente a quien perjudica esta modulación es a los profesionales del campo, porque a aquellos que perciben menos de 5.000 euros no se les modula, y por supuesto a esas explotaciones que perciben grandes cantidades de dinero no les afecta económicamente la modulación.
Como es tradicional en estas fechas próximas a la Navidad nuestro presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, nos mandará una carta anunciando la tramitación del pago de la PAC por parte de la Junta, ayudas que, todo hay que decirlo, vienen siendo las mismas que hace años, cuando todo lo demás sube como la espuma, y en estas mismas fechas andamos a vueltas con nuestros carburantes, que están a un precio prohibitivo. Veremos en la carta la superficie agrícola que hayamos sembrado, los distintos y cultivos y el importe a percibir, y tendremos que estar pendientes de las posibles penalizaciones por rebasamiento en determinados sectores. Pero este año, por primera vez, comprobaremos que se ha reducido el importe de las ayudas por culpa de la modulación. El recorte será de un 3 por ciento del importe total en este 2005, en el 2006 será de un 4 por ciento y en el 2007 y sucesivos será de un 5 por ciento. En el total, y en euros contantes y sonantes, este año se queda el Estado con 16 millones de euros de Castilla y León, el próximo año serán 21,6 millones y para el siguiente 27 millones de euros, es decir, 4.500 millones de las antiguas pesetas que cada año tendrá el Ministerio para repartir según sus criterios.
Parece contra natura que un año catastrófico como el que hemos tenido agrícolamente hablando, con una nula cosecha y un incremento de gastos del cien por cien, tengamos esta reducción. Pero aún más sorprendente si tenemos en cuenta que esta modulación la propiciaron defendieron y pidieron quien se hacen pasar por defensores de la agricultura y la ganadería, COAG y UPA. A todos se nos viene a la cabeza el recuerdo de las campañas electorales a cámaras agrarias, con cientos de carteles con el mensaje de estas organizaciones pidiendo la modulación, con argumentos demagógicos en plan “quitémosle el dinero a los ricos para dárselo a los pobres”, y poniendo como ejemplo a Mario Conde y la duquesa de Alba. Y todos recordamos la oposición contundente de ASAJA a cualquier reducción o impuesto, y por tanto a la modulación, porque ya se veía venir en qué iba a acabar esta propuesta. Al final estas organizaciones se han salido con la suya y el Gobierno les ha dado la razón porque le ha venido estupendamente este mecanismo no para repartir mejor los fondos, sino para apropiarse directamente de ellos y poder distribuirles según le convenga, consiguiendo así un puñado de votos extra y ganar para la causa el ayuntamiento, diputación o gobierno regional de turno.
Verdaderamente a quien perjudica esta modulación es a los profesionales del campo, porque a aquellos que perciben menos de 5.000 euros no se les modula, y por supuesto a esas explotaciones que perciben grandes cantidades de dinero no les afecta económicamente la modulación. Sólo nos perjudica a los que necesitamos hacer mil cuentas, euro a euro, para seguir siendo profesionales del campo.
Uno a uno, todos nosotros vamos a comprobar en la cuenta final de los pagos compensatorios nuestra propia reducción, que dependiendo de los casos, podrá suponer entre mil y dos mil euros de pérdida anual. Y en el conjunto total se aproximará la reducción a lo que la UE pretende hacer con el sector remolachero y que hemos calificado de la mayor catástrofe económica de la región, sin olvidar que con la reforma de la OCM de la remolacha el pago se perciba por la pérdida de renta también tendrá su propia modulación.
No debe quedar el sector o los profesionales callados ante tal circunstancia. Y sobre todo hay dos preguntas en el aire. Una para el Ministerio: ¿a quién le van a repartir nuestro dinero y con qué criterios se va a hacer este reparto? Y la segunda, para las otras organizaciones agrarias: ¿la responsabilidad de esta reducción procede sólo de la ignorancia, demagogia y prepotencia de COAG y UPA, o tal vez del afán de sus dirigentes de hacer daño a los verdaderos profesionales del campo y organizaciones como ASAJA que desde siempre los ha defendido? Casualmente, a la inmensa mayoría de los responsables de COAG y UPA no les han modulado porque no son profesionales de la agricultura, sino del sindicalismo. Queda preguntarse qué sensación les quedará a sus bases, entre las que sí que hay profesionales, cuando comprueben en carne propia el enorme error que había, como nosotros ya advertimos, detrás de esa petición envenenada, la modulación.