Brindamos por un año 2006 cargado de salud y de mejoras económicas y sociales para el sector, que nos permitan recuperar el optimismo.
Queridos amigos:
En estas fechas tan entrañables, como presidente de ASAJA de Castilla y León lo primero que quiero es daros las gracias por haber estado al pie del cañón tanto en vuestra actividad, en el campo o en la nave, como soportando las mil gestiones burocráticas que el año nos ha traído. Pero sobre todo, gracias por estar al pie del cañón en la calle, participando en las numerosas reivindicaciones que esta organización ha promovido para expresar el malestar de los agricultores y ganaderos. Porque durante todo el 2005 hemos tenido la actividad propia de alguien que defiende un sector que económicamente ha sido catastrófico, burocráticamente desalentador y políticamente un desastre.
Respecto a la primero, no hemos tenido ingresos económicos por nuestra actividad, al faltarnos el agua cuando más lo necesitan nuestros cultivos, que es en la primavera, y eso se ha notado en la mala cosecha y en la carestía de los forrajes y la paja para el sector ganadero. Si hubiésemos tenido la satisfacción de vender lo poco que hemos producido a un precio digno, por lo menos se hubiese valorado nuestro trabajo, pero tampoco ha sido así: las patatas, la leche y otros productos ganaderos, el maíz, los cereales… han tenido un precio en muchas ocasiones por debajo de los costes, lo que llevó a ASAJA a expresar su protesta regalando en la calle leche o patatas.
De los presentes nunca hemos conocido un año con tantos cambios burocráticos como el actual. Llegó el Sigpac, y aprendimos que la extensión de nuestras fincas no era ni la del registro de la propiedad ni la del catastro, que ahora las medía un satélite y sobre esos datos teníamos que hacer la tramitación de la PAC. No pocos errores, dificultades y hasta algún que otro litigio hemos tenido y salvado en muchos casos gracias a la profesionalidad de los técnicos de nuestras oficinas. Y si esto nos parecía un mundo, llegaron los derechos de la PAC, y además del trabajo burocrático y de poder entender una forma de pago distinta a la que desearíamos hemos comprobado las discrepancias que han surgido entre los propios agricultores y familiares, e incluso la pérdida de poder adquisitivo de aquellos que durante muchos años se dedicaron a la agricultura y que por razones de edad u otros motivos dejaron esta profesión antes del 2000.
Hemos tenido hasta expropiaciones al más puro estilo dictatorial: me refiero a la hecha por el anterior secretario general de la UPA y después del Ministerio, el señor Moraleda, con la cuota láctea del Estado español para ganar las elecciones gallegas, comprando los votos a cambio de cuota. Por otra parte, sabéis que ha sido y es nuestra bandera en ASAJA la incorporación jóvenes y las políticas de regadío. De lo primero, hemos comprobado un año más que la promesa de Juan Vicente Herrera de incorporar 1.000 jóvenes cada año al sector se queda en promesa, ya que la realidad sesga a la mitad esta cifra. Y en la política hidráulica hemos tenido de frente todo el año a la CHD, y en concreto a su presidenta, a la que hay que admitir un gran logro, el haber unido a todos, hasta dirigentes de su propio partido, para pedir su dimisión. Algo que esperamos que cuanto antes sea una realidad, porque sus intenciones no han podido ser peores para el campo, y además las ha llevado a la práctica, y baste como ejemplo la forma en la que ha transformado el pantano de Castrovido en un charco de ranas para salvar el molino de Chillida.
Este año ha traído la culminación del presagio que ASAJA adelantó en el año anterior, y que es la mayor catástrofe económica de la historia de esta región, la reforma de la OCM de la remolacha. De poco ha valido la palabra del señor Zapatero, cuando el año pasado en León manifestaba que era una cuestión de Estado y que como tal la iba a defender. Hemos comprobado claramente que no ha sido así, pero tampoco el ministerio de Agricultura y mucho menos la ministra Elena Espinosa han sabido, querido o podido defender este cultivo estratégico para la región. Si en Europa el equipo de Espinosa hubiese puesto el empeño que ha puesto luego para divulgar, engañar y mentir sobre el resultado de la OCM, quizás de otro resultado estaríamos hablando. Como no se habiliten ayudas nacionales por tonelada para seguir produciendo remolacha, y en este sentido mucho nos tememos lo peor, será la muerte del cultivo en todo el país.
El mayor humo se le ha llevado la subida de los carburantes, nuestro gasóleo. Digo esto porque el 30 de noviembre las carreteras principales de España estaban paralizadas por agricultores que de manera pacífica pero con hogueras mostraban el panorama oscuro que tiene el campo. Reivindicábamos un gasóleo profesional, unidas al principio todas las organizaciones agrarias. De manera incomprensible, vergonzosa, con nocturnidad y alevosía, el Gobierno, COAG y UPA firmaban pocos días después un acuerdo con peores condiciones de las que nos ofrecía la ministra antes de salir a la calle, simplemente con una promesa de que a partir del 2009 podría haber gasóleo profesional. ASAJA, por coherencia, responsabilidad y principios, que no son otros que defender lo justo para los profesionales, ha denunciado públicamente que COAG y UPA han vendido al campo español, para favorecer políticamente al gobierno y sobre todo a la ministra y su equipo.
Concluyo como empecé, dándoos las gracias por vuestro esfuerzo, apoyo y trabajo, y también por la confianza que habéis depositado en ASAJA. Y en mi nombre y en el de todo el equipo de tu organización, de deseo que tengas unas felices fiestas en compañía de seres queridos y un año 2006 cargado de salud y de mejoras económicas y sociales para el sector, que nos permitan recuperar el optimismo.