Desde AMFAR, Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural, queremos manifestar nuestra condena y más absoluto rechazo a este tipo de violencia, que se ha convertido en uno de los problemas más graves que tiene la sociedad española y por tanto, en la expresión más clara de discriminación que sufren las mujeres.
Un diario nacional publicaba recientemente las conclusiones del sexto estudio sobre violencia de género elaborado por los magistrados que integran el Grupo de Expertos en Violencia Doméstica del Consejo General del Poder Judicial.
De este estudio se desprende que el 93 por ciento de las sentencias dictadas en 2010 por los tribunales, relativas a homicidios o asesinatos consumados entre los miembros de una pareja, fueron condenatorias. Este informe pone también de manifiesto que en los casos de asesinato, los autores mataron a sus parejas con alevosía o ensañamiento. Además, en cuatro de los 43 casos de asesinato fueron las mujeres las que se sentaron en el banquillo de los acusados.
Estas conclusiones evidencian que la violencia que se ejerce contra las mujeres es la principal manifestación de discriminación que sufre el colectivo femenino en España.
Desde AMFAR, Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural, queremos manifestar nuestra condena y más absoluto rechazo a este tipo de violencia, que se ha convertido en uno de los problemas más graves que tiene la sociedad española y por tanto, en la expresión más clara de discriminación que sufren las mujeres.
En AMFAR llevamos años trabajando en la prevención de este tipo de violencia y en la necesidad de avanzar conjuntamente, mujeres y hombres, en la igualdad y en el respeto de los derechos individuales.
La igualdad, la libertad y la independencia individual no serán posibles sin la eliminación de este tipo de violencia que se ejerce, principalmente contra las mujeres y sin el reconocimiento y el ejercicio de sus derechos. Por este motivo, se hace necesario seguir fomentando políticas de prevención y erradicación desde todas las instituciones públicas y privadas, incidiendo sobre todo, en las edades más tempranas.
Y es que, otro aspecto muy preocupante de este estudio, es el relativo a las edades de los autores de estos delitos, ya que ha aumentado el número de autores de edades comprendidas entre los 18 y los 30 años, en comparación con años anteriores.
Estos datos nos obligan a una reflexión profunda y es que estos jóvenes que ejercen la violencia y no superan los 30 años de edad, son jóvenes que han nacido en plena democracia, que están siendo educados en valores de igualdad, rodeados de campañas publicitarias que denuncian este tipo de violencia. Jóvenes de hoy que son el mañana de nuestro país.
La violencia que se ejerce contra las mujeres es un atentado contra la dignidad humana, contra los derechos humanos, que impide a nuestra sociedad avanzar por la senda de la igualdad. Por todo ello debemos todos reflexionar y comprometernos en la prevención y erradicación de esta lacra social.