Hoy el tema de peso, la cuestión que de verdad debe de preocuparnos y ocuparnos a los dirigentes agrarios, es el presupuesto económico que va a tener la Unión Europea y por extensión que se va a destinar al campo, a la Política Agrícola Común (PAC), durante los próximos seis años.
Me sumo desde el editorial de Campo Regional a no responder a los ataques que otras organizaciones están haciendo a ASAJA, a sus dirigentes y a sus socios y simpatizantes. Responderles daría satisfacción a los nuestros y me quedaría yo muy a gusto, pero les haríamos importantes sin merecerlo y sobre todo nos desviaríamos del objetivo que nos marcamos en ASAJA cuando diseñamos el trabajo de estas Elecciones Agrarias: hablar únicamente de agricultura y ganadería, hablar únicamente de los problemas de los agricultores y ganaderos y exigir soluciones, lo que hacemos el resto del año.
Hecha esta introducción, hoy el tema de peso, la cuestión que de verdad debe de preocuparnos y ocuparnos a los dirigentes agrarios, es el presupuesto económico que va a tener la Unión Europea y por extensión que se va a destinar al campo, a la Política Agrícola Común (PAC), durante los próximos seis años. Sin presupuesto no hay ayudas y el presupuesto lo decidirán en fechas muy próximas los jefes de gobierno de la Unión. Conforme se acerca la fecha clave, comienzan a hacerse propuestas en la línea de que, cada una que sale, es peor que la anterior. Si mala era la propuesta inicial de la Comisión, peor es la que presentó la Presidencia temporal chipriota, y más mala todavía la que ha soltado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
ASAJA ha reaccionado criticando los derroteros que por vía de los presupuesto quiere tomar Europa y le hemos pedido al presidente Mariano Rajoy que sea un firme defensor de un presupuesto expansivo que permita seguir con políticas comunes, y particularmente en materia agrícola y ganadera. Se inicia una batalla dura donde los países del norte y otros euroescépticos como el Reino Unido, tratarán de aportar los menos fondos posibles, de no compartir políticas, y tratarán de debilitar la PAC desacreditándola y vaciándola de recursos. En este contexto, es normal que ahora no hablemos tanto de los detalles de la nueva PAC, de si va a beneficiar a unos más que a otros, si los fondos van al primer pilar o al segundo pilar. Porque, siendo importante el cómo se reparte el dinero, ahora lo que toca es luchar para que lo haya, para que la PAC sea fuerte y para que España reciba al menos el montante que venía recibiendo en esta etapa más reciente. Una vez que se consolide el presupuesto, que se apruebe el dinero de la agricultura, será el momento de negociar con nuestras autoridades regionales y nacionales para que haya sensibilidad con todas las agriculturas y las ganaderías, para que el dinero llegue a quien más lo necesita, para que se reparta con justicia y para que tenga como objetivo una agricultura productiva, competitiva y con precios rentables.
Llevamos meses enredados en los detalles de una PAC que todavía está muy verde. Hablando de ese reverdecimiento de la PAC, de si los derechos van a ser de una manera o de otra… y ahora nos damos cuenta que son cuestiones menores que tienen que esperar. Lo que ahora se discute es de calado, es el presupuesto, algo que por cierto ASAJA lleva diciendo desde hace un año sin demasiado éxito.