Quizás nosotros, los agricultores y ganaderos, podemos entender Europa y por tanto estas elecciones de una forma distinta al resto, más allá de pensar que en Estrasburgo y en Bruselas hay unos burócratas aburridos que actúan al dictado de la señora Merkel o los poderosos de turno.
Donaciano Dujo. Presidente de ASAJA de Castilla y León
El próximo 25 de mayo todos los europeos tenemos una cita con las urnas. Dicen las encuestas y los tertulianos que de todo saben y hablan que estas elecciones tienen poco interés, y que se barrunta que la cifra de participación continuará bajando. También se comenta que en estos comicios la mayor parte de los ciudadanos no vota atendiendo a lo que hacen o deciden los eurodiputados, sino que lo hacen en clave nacional, utilizando su papeleta para premiar o castigar al partido en el gobierno o a los de la oposición. Quizás nosotros, los agricultores y ganaderos, podemos entender Europa y por tanto estas elecciones de una forma distinta al resto, más allá de pensar que en Estrasburgo y en Bruselas hay unos burócratas aburridos que actúan al dictado de la señora Merkel o los poderosos de turno. Desde principios de los noventa, cuando España entró en la Unión Europea, nuestro sector está regulado por el presupuesto y directrices de la Política Agrícola Común, y depende afortunadamente más de las normas comunitarias que de las españolas y de la comunidad autónoma. Y digo afortunadamente, y no me equivoco, aunque como es lógico desde el sector seamos críticos con determinados aspectos del marco europeo, como que con frecuencia la agricultura sea moneda de cambio en las negociaciones con países terceros, como la poca determinación de Bruselas para asegurar una renta digna al productor y evitar abusos en la cadena alimentaria, o como que el reparto de las ayudas PAC no se haga atendiendo a los verdaderos profesionales del sector, a los que defiende ASAJA. A pesar de todos esos matices, muy importantes, lo cierto es que en todos estos años las ayudas han llegado en tiempo y forma, cosa que lamentablemente no podemos decir de otros fondos nacionales o autonómicos que se tambalean cada vez que las cosas se ponen difíciles, como ha ocurrido en los últimos tiempos de crisis.
No ha fallado Europa al campo, y de hecho nos encaminamos a estas nuevas elecciones con el nuevo periodo PAC, el 2014-2020, ya encarrilado y aprobado: bien podrían apelar los que se presentan a estas elecciones europeas a aquel refrán castellano que dice “si quieres que el ciego cante, el dinero por delante”. E incluso hay que destacar que ese mayor peso del Parlamento europeo se ha notado mucho, y para bien, en la nueva PAC, porque los europarlamentarios, por primera vez con poder de codecisión, han estado mucho más del lado de los agricultores y ganaderos que el propio comisario de Agricultura.
Respecto a los candidatos, una aportación importante desde Castilla y León es la presencia de Iratxe García, desde el Partido Socialista. Bien conocida por todos los agricultores y ganaderos, siempre ha tenido las puertas abiertas para escucharnos y explicarnos los avances de las negociaciones agroganaderas comunitarias. Por parte del Partido Popular, no ha sorprendido el fichaje como cabeza de lista del hasta ahora ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, que ya había estado muchos años en la capital comunitaria y que había dejado claro su deseo de seguir su carrera política en Europa. Regresa así a su verdadera vocación, con los temas clave para el desarrollo de la agricultura y ganadería que había proyectado para el ministerio ya encauzados y, confiamos, dejando aparcados aquellos otros temas innecesarios en los que se había embarcado sin ton ni son.
Desde ASAJA de Castilla y León, como presidente y como agricultor español y europeo, solo me queda desear tanto a Arias Cañete como a los representantes del resto de partidos los mayores éxitos en la defensa de los intereses de nuestro país, y por tanto de nuestra agricultura y ganadería, porque de sus buenas negociaciones y disposición dependerá en buena medida el futuro de nuestro campo.