Estamos a menos de dos semanas de las elecciones generales, unas elecciones distintas por muchos motivos, marcadas por el fin de las mayorías. Un nuevo panorama en el que la agricultura y ganadería han de defender su protagonismo.
Donaciano Dujo. Presidente ASAJA CyL
En dos semanas habrá elecciones en este país, que por ahora, y espero que por muchos siglos, se llama España. En una sociedad democrática como la nuestra, en la que todos podemos opinar, protestar o hacer el pino si nos place (una libertad que a veces no valoramos lo suficiente) llega la hora de la verdad, que es elegir papeletas e introducir el sobre en la urna. Votar a los que nos convencen y ‘botar’ a los que no nos gustan. Ya hemos vivido bastantes elecciones, pero éstas tienen algo diferente. Por un lado, son más los partidos: han irrumpido formaciones nuevas, con caras y propuestas diferentes, gente sin pasado (ni malo, ni bueno, porque no han podido demostrarlo gobernando), y a la vez, los partidos de siempre, tan cómodos en el bipartidismo y en el “y tú más”, han tenido que ponerse las pilas y trabajar el doble. No menos incierto es el panorama del Estado español y su unidad, algo que parece ir contra el progreso y la dinámica de los tiempos, que nos piden ser cada vez más fuertes y estar más unidos. Si en muchas cosas España ya es pequeña, e incluso a veces la Unión Europea apenas puede hacer valer sus posiciones frente a Estados Unidos, China o Rusia, parece que disgregar más nuestro Estado es volver a la era de las cavernas. Pero ahí estamos, tristemente.
Pero como reconvenir a Artur Mas se va de mis competencias y capacidad, me voy a centrar en lo que nos queda más cerca, las elecciones nacionales. Como de costumbre conoceremos los programas y las casi siempre genéricas, bienintencionadas e insustanciales líneas que dedican al sector agrario y ganadero. Por otro lado, bien sabemos que de lo que prometen a lo que hace es como de la noche al día, y más en esta ocasión en la que parece inevitable que acuerdos y pactos impedirán que se desarrolle un único programa. Será pues el programa agrario del PP al 75% más el 25% de Ciudadanos; o tal vez el 50% del programa del PSOE con el 50% de Podemos; o quizás… vaya usted a saber.
Ojalá que con los programas anden más atinados que eligiendo a los cabezas de lista de candidaturas en las provincias. Siempre hemos criticado que esos candidatos desconozcan en su mayoría la realidad de la agricultura y ganadería y de nuestro mundo rural, que solo visitan puntualmente en fechas preelectorales. Se ve que estas críticas poco importan a los partidos, cuando se permiten enviar desde Madrid para encabezar sus listas a ‘paracaidistas’ que no saben ni situarnos en el mapa, o cuando colocan por enésima vez a gente que lleva décadas sin soltar el sillón.
Dicen las encuestas que los vientos soplan favorables a los nuevos, y que los tradicionales repliegan velas. Los que llevan tiempo como es por otra parte inevitable, han cometido muchos errores, pero los nuevos también tienen que demostrar su valía. Lo que sí es verdad es que la sociedad está cansada y quiere castigar duramente viejas costumbres maliciosas que tanto daño han hecho a nuestro país. Esa lectura la tienen que comprender tanto los nuevos, a los que les toca conquistar por primera vez nuestra confianza, como los tradicionales, que tienen que demostrar que se merecen recuperarla.