Hoy el campo es noticia cuando cae una tormenta que lo destruye todo, y cuando se informa, casi siempre de forma interesada, sobre los apoyos económicos que llegan de Bruselas.
José Antonio Turrado. Secretario Gral. ASAJA Castilla y León
Hablar de la PAC es el tema más socorrido, y lo es para los agricultores y ganaderos, para los políticos, para los que nos arriendan las tierras, y para nuestro vecino que nunca ha pisado una parcela. Hoy el campo es noticia cuando cae una tormenta que lo destruye todo, y cuando se informa, casi siempre de forma interesada, sobre los apoyos económicos que llegan de Bruselas. Y lo que no suele ser noticia es el trabajo de más de sesenta mil profesionales que cada día, con no pocas dificultades, sacamos adelante nuestras explotaciones, producimos alimentos de calidad, ocupamos el territorio, cuidamos el medio ambiente y generamos empleo. Pero de lo que se habla es de la PAC, y cuando apenas hemos comenzado una reforma, los que no tienen otra cosa que hacer en el día que enredar, ya están proponiendo otra distinta, y de nuevo reuniones y debates hasta que la Comisión, el Consejo y el Parlamento, aprueban y promulgan nuevos textos legales. Al final, no está claro que la que viene sea mejor que la anterior, y sí es una realidad incontestable que lo que viene siempre es un recorte de presupuesto y más burocracia.
A veces estos debates surgen del propio sector, pues el Copa-Cogeca, la organización que nos aglutina en Bruselas a todas las organizaciones y cooperativas, ya ha presentado un documento tan sensato como poco novedoso. Pero en nuestro país, ya tenemos organizaciones pidiendo la revisión de las ayudas acopladas reclamando fondos por ejemplo para el cereal de no sé dónde, o el olivar de no sé quién. Y más cerca de nosotros, nuestros amigos de las cooperativas, a través de Urcacyl, han pedido también la revisión de las ayudas acopladas al sector ganadero reclamando que se le reduzcan los importes a quienes no estén en una cooperativa, que es lo mismo que si las organizaciones agrarias pidiéramos que se le subvencione más a quien esté en un sindicato agrario. También hay un debate entre quienes queremos que se convoquen las ayudas a zonas desfavorecidas, y quienes argumentan que no se convoquen para destinar el dinero a la agricultura ecológica. Una agricultura ecológica que hay que apoyar, pero para producir, no para hacer que se siembre y un año tras otro no recoger cosecha.
Lo mejor que podríamos hacer todos es contener nuestros instintos y no hablar de la PAC, ni para bien ni para mal. Sería bueno que en los próximos años nos dedicáramos a sacar adelante una agricultura moderna y competitiva, con vocación exportadora, apoyada por los fondos a los que tenemos derecho y que tenemos que aprovechar hasta el último céntimo. Y cuando estemos en puertas al año 2020, comenzar el debate sobre una nueva etapa que vendrá marcada por las modas y tendencias del momento, por la solvencia de la economía europea, y por una cohesión política que está en entredicho.