De las 70.000 PAC que se presentan en la región, 47.537, que es el 68%, son de personas en edad laboral, el 32 por ciento restante de mayores de 65 años. Otro dato interesante y quizás no tan destacado es que de los que están en activo y son menores de 40 años, 7.582 en total, 6.208 son hombres, el 82 por ciento, y 1.374, el 18%, son mujeres. Sin embargo, entre los que reciben PAC y tienen más de 65 años, las mujeres son casi el 40%.
Donaciano Dujo. Presidente ASAJA Castilla y León
Desde que se inició la tramitación de la PAC, en España y aún con más ahínco en Castilla y León las organizaciones agrarias hemos reivindicado una PAC más profesional, en la que los perceptores de las ayudas sean los hombres y mujeres que viven de la agricultura, pagan sus impuestos y cotizan como agricultores en la Seguridad Social. Con el paso de los años, y más lentamente de lo que ASAJA reclama, el sector se ha ido profesionalizando, y hoy podríamos hablar de que entre los que reciben ayudas PAC hay unos 40.000 agricultores cotizantes otros 30000 que o son jubilados o bien viven de otros sectores.
Tradicionalmente esta profesión se asociaba al hombre, aunque en la mayoría de las familias la mujer trabajaba tanto o más que él. Con la maquinización, se redujo la mano de obra y también la participación de más miembros de la familia en las labores del campo. Aún así, la presencia de mujeres es importante, sobre todo en ganadería, pero también las hay al frente de explotaciones agrícolas y subiéndose al tractor. Por no decir su especial protagonismo en la gestión y contabilidad, en la que dan cien mil vueltas a muchos de nosotros.
Hace unos días leía en este mismo periódico una amplia información sobre los expedientes presentados en 2017. Una vez más se constata que una parte importante de perceptores son jubilados: de las 70.000 PAC que se presentan en la región, 47.537, que es el 68%, son de personas en edad laboral, el 32 por ciento restante de mayores de 65 años. De los que están en activo, menores de 40 años solo hay 7.582, el 16 por ciento. Todos estos datos son bien conocidos y revelan el problema que hay en el sector para lograr que la savia nueva impulse la necesaria renovación.
Otro dato interesante y quizás no tan destacado es que de los que están en activo y son menores de 40 años, 7.582 en total, 6.208 son hombres, el 82 por ciento, y 1.374, el 18%, son mujeres. Sin embargo, entre los que reciben PAC y tienen más de 65 años, las mujeres son casi el 40%. Alguien ajeno al sector podría decir que es que en los años ochenta, en los tiempos de los tractores Barreiros, había un porcentaje mayor de mujeres en el sector. Pero, sinceramente, no es así. En aquellos tiempos una parte eran agricultoras cotizantes a la Seguridad Social, y hoy pueden seguir manteniendo la pequeña superficie de entonces, pero la mayor parte de estas mujeres ya mayores mantienen las tierras que llevó su marido o hermano. Muchas de ellas están viudas y perciben hoy esas cantidades de alrededor de 1.250 euros que les acredita según Bruselas como ‘pequeñas agricultoras’.
Los fondos de la PAC tienen por objetivo asegurar un sector agroganadero competente y moderno, que abastezca de alimentos sabrosos y seguros a la sociedad, y que genere empleo y riqueza en nuestra tierra, lo que se consigue con un sector dinámico y profesional. Esas mujeres, que tanto han dado y aún dan para llevar adelante a sus familias y la sociedad rural en su conjunto, y encima en pueblos pequeños con escasos servicios sociales, lo que deberían recibir no son unas migas por la puerta trasera de la PAC, sino un tratamiento especial en la Seguridad Social para completar sus exiguas pensiones.
* Artículo publicado el 19 de junio 2017 en Mundo Agrario, suplemento de El Mundo de Castilla y León.