Coincidiendo con la celebración, el 8 de marzo, del Día Internacional de la Mujer, ASAJA recoge los testimonios de seis mujeres profesionales del campo, que participaron en un reciente encuentro organizado en Castilla y León. Ellas mismas cuentan su historia, sus problemas y también sus retos como agricultoras y ganaderas, y parte fundamental de la vida en los pueblos y el medio rural.
4 PREGUNTAS PARA SEIS MUJERES
- ¿Cómo llegaste a esta profesión?
- ¿Qué trabas te has encontrado por el camino?
- ¿Cómo concilias el trabajo con tu vida personal y familiar?
- ¿Qué te inspira y motiva a seguir adelante en el sector?
BEGOÑA Bello, apicultora y castañicultora
Corullón, El Bierzo
- “Yo me licencié, hice el máster y empecé a trabajar en una empresa, pero no era lo que buscaba, ni económica ni personalmente. Entonces decidí dedicarme a lo que habíamos tenido en casa como afición, las colmenas y lo completé con los castaños. Tuve la suerte de que mis padres me apoyaron, y ya llevo diez años, y no me arrepiento en absoluto. Hay que trabajar, como en cualquier otro sitio, pero si tienes claro el objetivo hay que luchar por lo que sientes y quieres.
- Al principio más de uno me decía que estaba loca por volver al pueblo. Notas esa mirada cuando vas con el tractor y el remolque, como si esperaran que no supieras llevarlo. La burocracia, especialmente al comienzo, se hace cuesta arriba. Con la miel tenemos el problema de la competencia con mieles chinas, con las adulteraciones, nosotros ofrecemos una miel de primera calidad. Otra dificultad es la tierra, porque en El Bierzo es todo minifundio, en 6 hectáreas tienes 200 fincas. Es difícil que los mayores te vendan tierra, ni siquiera te la alquilan. En los trabajos muy físicos, mi capacidad es menor que la de uno, y mayor que la de otro, cada cual llega donde llega.
- En ganadería es más difícil, pero en lo mío tengo flexibilidad, si no puedo subir hoy, subo mañana. Poder acompañar a mi madre cuando me necesita, eso vale oro. Para mí el campo es un trabajo pero también una afición que me llena, y he arrastrado a mi marido ahí. Todo lo vivo con pasión y sentimiento.
- Cuando empecé era muy dramas. Ahora también toca llorar algún día, pero soy más de ver lo bueno de este trabajo, que es mucho. Estoy cuidando árboles que plantaron señores hace 200 años, y nos va (trabajo con mi pareja) medianamente bien. Ahora entraremos en la venta directa de nuestra miel, a través de nuestra web, con nuestra propia marca, @de_Miel_Amores. En el campo hay oportunidades y el momento actual es clave: o vamos para adelante, o hay un retroceso total en el medio rural.”
Navahermosa, Toledo
- “Mi marido y yo llevamos una agricultura de secano, de cereal y olivar tradicional, en un pueblo de los Montes de Toledo. Empecé muy pronto también en el mundo de la representación. Con 22 ó 23 años me presenté para formar parte del Consejo Rector de mi cooperativa. Presido ASAJA en mi provincia y también ASAJA Mujeres, que agrupa a las profesionales del sector”
- Inicié la incorporación en 1995 y no me dieron los papeles hasta 1998. Es una pena pero todavía sigue sucediendo, esa presunción de que no somos capaces de hacer lo mismo que un hombre. A lo largo de mi carrera profesional me han acogido bien, pero de alguna forma sabes que te están examinando, que te van a exigir más a ti, te observan desde la ropa que llevas hasta las palabras que dices… Luego, tengo los problemas de todos los profesionales: los precios del cereal, la burocracia excesiva… Más de una vez me tira de las orejas el técnico de ASAJA, es costoso llevar todo al día”.
- La falta de servicios en los pueblos es una limitación. Para echar raíces vas a necesitar una guardería para el niño, o apoyo para cuidar a los mayores. Yo tuve la suerte de que mi madre me ayudó a sacar adelante a mi hijo, y a la vez pude cuidar de ella hasta que falleció. Encontrar a alguien que te ayude en casa si lo necesitas es muy difícil en los pueblos, y sin eso es difícil frenar la despoblación.
- Yo a las jóvenes que piensan en este sector porque quieren volver a sus raíces y no se atreven a dar el paso les diría que tienen que ver el medio rural como un medio de oportunidades. Hoy tienen más formación, y eso ayuda mucho. Los hombres tienen sus cualidades y nosotras las nuestras, la fuerza mental que tenemos en la cabeza y el aguante supera otras limitaciones. Muchas veces somos nosotras las que nos ponemos las trabas en la cabeza, por el qué dirán o lo que sea. Somos igual de capaces de hacer las cosas que nos propongamos, a base de pico y pala, porque a nosotras nadie nos regala nada.”
Santa María del Prado, Soria
- “Soy agricultora desde hace 11 años. Mi padre falleció por enfermedad, y tuve que coger las riendas de la explotación. Tengo agricultura de secano y una pequeña parte de regadío, cada año trato de explotarla y defenderla lo mejor que puedo, este año en concreto con remolacha, aunque he tenido otros cultivos. En la representación comencé en la directiva de ASAJA Soria, junto a Carmelo Gómez, y desde hace dos años presido la organización provincial.
- En mi caso no he tenido diferentes problemas por ser mujer u hombre, me he sentido tratada igual que mis compañeros, o incluso al revés, siempre he sido muy apoyada. Entonces, no, en ese sentido bien. Al final, reivindicamos lo mismo que los hombres, ¿no? Que podamos vivir dignamente del sector. Hace un año estábamos en las calles, el sector entero, hombres y mujeres, luchando por lo nuestro.
- Las mujeres rurales somos pilares básicos de un lugar que no queremos abandonar, y es que además somos necesarias para que se mantengan los pueblos. Más allá de cantos al sol ligados a modas sociales, hay realidades que se han demostrado útiles. Hay que promover condiciones que faciliten conciliar, que hombres y mujeres tengamos una vida personal, familiar y laboral, y para eso hay que ser corresponsables. Si las mujeres rurales avanzan, avanzamos todos, avanza el territorio, la sociedad y la economía.
- Yo creo que tenemos que ser libres de elegir lo que queremos ser. Es una suerte inmensa poder elegir quedarse a vivir en el pueblo, no como algo snob y bohemio, sino como una realidad posible y rentable. El medio rural no debe ser visto como un obstáculo, sino una oportunidad. Por ello animo a las mujeres a que vayan con la cabeza muy alta y con ilusión y que den un paso adelante, que propongan y lideren la defensa de nuestra profesión y forma de vida”.
MARIBEL Herrero Sánchez, ganadera de ovino y vacuno de carne
Santa María de Sando y Villaseco de los Gamitos, Salamanca
- “Tengo 62 años y llevo en la ganadería 35. Al principio llevaba sobre todo los papeles, llegué un poco a remolque, acompañando a mi marido, que era veterinario. Por desgracia hace 16 años lo perdí y desde entonces me dedico de lleno a la explotación, con un empleado, y también me echa una mano mi hijo los domingos. No falta trabajo, tengo 125 vacas y 600 ovejas. Pero estoy a gusto, disfruto con los animales, compro, vendo y hago todo lo que hace falta.
- Ahora mismo lo que más me cuesta son los papeles que hoy hay que hacer, que son muchísimos y la tecnología, y eso que mis dos hijos son informáticos y me resuelven las dudas: no entiendo esto, hazme lo otro. El trabajo en sí, ir al campo todos los días del año prácticamente, no me asusta, he aprendido a organizarme el horario según las necesidades de las ovejas, de las vacas, los periodos del año, aunque sepas que si hay un parto o una complicación tienes que estar ahí. Lo peor es quizás que un día señalado, festivo, también estás pendiente.
- He aprendido a aprovechar las horas de en medio del día, las que te deja libre el ganado. Cuando eran pequeños mis tres hijos tenía a mi marido, y ahora comparto con mi hermana cuidar a mi madre. Aunque necesita ayuda, tampoco precisa atención continua, y por eso de momento me he apañado bien, ya se verá en el futuro.
- Yo el consejo que daría a la gente joven es que se formen primero, que prueben y vean un poco lo que hay fuera y que decidan libremente si quieren quedarse en el campo. Yo he aprendido a querer a este sector con el tiempo. Desde que me he quedado sola, muchas veces digo “Jo, cuántas riñas que tuve a cuenta de quedarnos siempre en el pueblo… pues ahora creo que nos entenderíamos mejor, porque la verdad es que lo vivo intensamente, disfruto mucho yendo al campo, viendo a los animales, cómo nacen los corderos… Lógicamente también hay ratos malos, se muere una vaca, se pierde un ternero, pero bueno, eso es la vida”.
ISABEL de Castro Zurdo, agricultora de cultivos extensivos
Madrigal de las Altas Torres, Ávila
- “Tengo 37 años y llevo en el sector de la agricultura 12 años, anteriormente en la empresa privada, en el sector sanitario. Cuando mi padre se iba a jubilar, pensé, ¿por qué no? Me ha gustado el campo de siempre. La verdad que tuve mucho apoyo por parte de mis padres y me lancé. Y estoy muy contenta porque trabajo para misma. Tienes ratos buenos y ratos malos, pero te merece la pena.
- Mucha gente piensa que por ser mujer lo tienes todo más fácil, que te van a dar cualquier cosa que pidas, y no, tienes que luchar siempre, no solo en la incorporación, sino en cada etapa. Y eso que el personal de ASAJA siempre me ha ayudado. Como cerealista, el problema son los intermediarios. Suben el pan pero mi trigo se paga al mismo precio, muchas veces tienes que vender por debajo del precio de coste. No sé si algún día veremos que la Ley de Cadena Alimentaria funcione de verdad.
- Como me dedico más que nada al cultivo extensivo, con algo de regadío, puedo planificarme más que una ganadera. hay temporadas que estás atada de pies y manos, pero en general me puedo organizar, porque cuando trabajas para otra persona el horario no es flexible. Cuando he tenido un problema familiar he agradecido ser autónoma, tendrás temporadas malas pero puedes organizarte a tu manera.
- A veces vas a arreglar un apero a la fragua y al principio se extrañan, te preguntan si llevas tú el tractor. Yo contesto que me dedico al campo profesionalmente y también como hobby, porque la agricultura me llena completamente. Animo a las mujeres y a los jóvenes en general a que primero experimenten lo que es una empresa privada, porque así vas a valorar mucho mejor lo que es trabajar en tu explotación. Llevamos tres años consecutivos malos, eso es así, pero a la vez hay una parte bonita, poder decir “Esto lo he creado yo, es gratificante recoger el fruto de lo que tú has labrado”.
NEREA del Río Gómez, ganadera de ovino de leche
Robladillo de Ucieza, Palencia
- “Yo estudié y trabajé en algo totalmente diferente, hasta que un día llegué a casa, después de la campaña de Navidad terrorífica, y llegamos a la conclusión tanto mi padre como yo de que sus condiciones laborales eran mejores que las mías. Imaginémonos, ¡con ovejas, que se echan más horas que el reloj! Cuando me decidí, el apoyo de mi familia fue completo, hasta mi abuelo que no estaba convencido hoy está muy orgulloso. Y no me arrepiento de estar aquí.
- Mi pueblo es muy pequeño pero hay tres ganaderías, dos de ellas llevadas por mujeres, así que no he sentido nunca que fuera la única. He tenido la suerte de que la explotación estaba montada y lo principal ha sido seguir para adelante y defenderlo, porque a parte de que te guste tienes que sacar una rentabilidad, porque es mucho dinero el que se mueve en una explotación. Lo que dejo para el final son los papeles, pero lo que es el ganado no tengo problema. Si hay algo a lo que físicamente no llego, me ayuda mi pareja. Me fascina que la gente me diga “¡Hala, llevas un tractor!”, cuando en realidad es la parte más cómoda. Como mujer algo que noté es que cuando pedí la incorporación me hicieron una entrevista exhaustiva, como si no se creyeran que conocía mi propia explotación.
- La conciliación para mí no existe y es algo por lo que deberíamos luchar, para que las autónomas pudiéramos elegir qué vida personal queremos tener. No tenemos hijos y lo veo muy complicado, la verdad. Es cierto que hay servicios de apoyo social en la comarca, por ejemplo para atender a los mayores, eso es una ayuda. Pero aún así, en los pueblos es más complicado.
- Tengo muchos proyectos por delante. Me encanta la tecnología, tengo cámaras, analizo los datos, he puesto placas solares y ojalá que pronto haya un robot de ordeño, eso sería un gran avance. También creo que es muy importante divulgar lo que hacemos, estoy en las redes sociales y organizo visitas a la granja (@ovejasyríos), por eso me hunde que haya problemas de conexión a internet. En lo personal, la ganadería es una forma de vida, una forma de ver las cosas. Y hasta de relacionarte con tu familia: mi padre, mi abuelo son más que familia, son mis compañeros de trabajo, mis profes… ¡a mi abuelo le digo que es mi consejero delegado!”.
Audio completo mesa redonda: https://www.asajacyl.com/wp-content/uploads/2025/02/mujeres-con-voz-propia.3gp