Ante la celebración mañana en Valladolid de uno de los actos centrales del PSOE en la campaña de las elecciones europeas, en el que intervendrá la cabeza de lista, Teresa Ribera, acompañada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ASAJA de Castilla y León quiere manifestar sus dudas sobre la idoneidad de la candidata. La organización profesional agraria subraya que durante sus años al frente del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera se ha caracterizado por legislar de espaldas e incluso en contra de los agricultores y ganaderos, desoyendo por completo cualquier reivindicación del sector y anteponiendo su  propia y sesgada visión sobre lo que debe ser el medio ambiente y la gestión de recursos.

Prueba del talante duro y férreo de Ribera es que bajo su gestión se aprobó el Real Decreto el Plan Hidrológico de la Cuenca del Duero 2022-2027 sin consenso, con un rechazo inédito en la historia de los planes hidrológicos del Duero, que siempre habían recibido el apoyo mayoritario del Consejo del Agua. En su etapa la política del agua ha colisionado frontalmente contra los intereses de los agricultores y ganaderos: menos regadíos, menos concesiones de agua para agroindustrias agua más cara, y mayores restricciones agronómicas en las zonas regables.

Idéntica cerrazón ha demostrado con su decisión de ampliar el estatus del lobo, pasando a ser especie estrictamente protegida, y por lo tanto no se pueden gestionar ni controlar las poblaciones, perjudicando y sitiando a la ganadería extensiva. Postura de la que además no se ha movido un ápice, a pesar de las recomendaciones desde la propia Comisión Europea para proteger a los ganaderos.

El sesgo “ante agrarista” de la ministra y vicepresidenta del Gobierno quedó demostrado en su imposición ante el ministerio de Agricultura de unos ecorregímenes y normas de condicionalidad reforzada de la PAC excepcionalmente duras, que incluso iban mucho más allá de lo que exige Bruselas, parte de las cuales han tenido que ser matizadas por su irracionalidad, a raíz de las protestas del sector de los últimos meses.

Una rigidez normativa demostrada con el campo que se ha tornado en laxitud cuando se trata de la invasión de plantas fotovoltaicas, fenómeno que está arramplando con los usos del territorio rural español. En este tema, por el contrario, el ministerio de Teresa Ribera ha pecado de laxitud, dando facilidades a los fondos de inversión que han creado macroparques ocupando miles de hectáreas de suelos agrícolas y ganaderos, sin la más mínima cortapisa.

Para ASAJA, es difícil confiar en que la misma persona cuya obcecación ha sido decisiva para empeorar las condiciones en las que los agricultores y ganaderos desempeñan su trabajo, vaya a ser ahora una buena defensora del campo y el medio rural. Para ASAJA, “Ribera es un ejemplo del despotismo verde que tanto gusta en Bruselas: todo para el campo, pero sin agricultores y ganaderos”.