La organización exige que no se confunda al consumidor con un etiquetado deficiente que mezcla origen con lugar de sacrificio, porque se está perjudicando a los ganaderos
A menos de un mes de la Nochebuena, momento álgido del consumo de lechazo de Castilla y León, ASAJA ha pedido hoy a las administraciones que fortalezcan los controles para evitar que se inunde el mercado de corderos importados y deficientemente etiquetados, con la intención de confundir al consumidor y así lograr hundir los precios en un momento vital para los ganaderos. Así lo ha denunciado hoy Donaciano Dujo, presidente de ASAJA de Castilla y León, en una rueda de prensa celebrada en ASAJA-Burgos, en la que ha estado acompañado por el presidente provincial, Santiago Carretón, y dos ganaderos de ovino de carne de la provincia, José Luis Arribas y José Luis Alonso.
Desde el mes de noviembre, mataderos regionales comienzan a incrementar sus importaciones de camiones de corderos. Las importaciones de ovino en Castilla y León procedentes de comercio intracomunitario suman anualmente unas 250.000 unidades, pero lo grave es que se concentran principalmente en las fechas prenavideñas, en las que llega la mitad de esos corderos, procedentes en casi un 90 por ciento de Francia y el 10 por ciento restante de Portugal. Así, se da el agravante de que de los cerca de 300.000 corderos que salen de los mataderos de Castilla y León en el mes de diciembre, aproximadamente 130.000, casi la mitad, son importados.
El presidente de ASAJA Castilla y León considera que “importar no está prohibido, pero engañar debería de estarlo, porque hay una intención clara de confundir y aprovecharse del consumidor, al etiquetar el lechazo como sacrificado en nuestra tierra, sin explicar que se trata de un animal de fuera”. En ese sentido, ASAJA exige a las autoridades competentes que el consumidor sea informado con etiquetado claro y bien visible de la procedencia de esta carne, “para que tenga al menos la posibilidad de comprar su lechazo navideño a los ganaderos de la región, ya que muchos consumidores son solidarios y conscientes de que así ese beneficio revierte en su tierra”.
El cordero lechal de Castilla y León es un producto exquisito por proceder de razas enfocadas a la carne de calidad y por el cuidadoso manejo de los animales para que el producto llegue con todas las garantías de trazabilidad y sabor al consumidor. Sin embargo, los animales importados son sobrantes de ganaderías enfocadas a otro tipo de aprovechamientos, por lo que tienen un precio más bajo en origen que el del lechazo autóctono. Esa entrada de corderos “tiene por único objetivo presionar a los ganaderos de ovino de la región y obligarles a vender por debajo de costes a sus lechazos, porque encima al final ni siquiera el consumidor se beneficia de una bajada de precios, sino que es un margen que se quedan mataderos y cadenas de distribución”, afirma el presidente regional de ASAJA, Donaciano Dujo.
Por todo ello, la OPA afirma que es vital que estos días las administraciones intensifiquen los controles sobre las importaciones de cordero, principalmente francés. Además, Donaciano Dujo pide a las consejerías de Agricultura y Ganadería y de Sanidad que se exija a todas las partidas que cruzan la frontera “que cumplan las mismas condiciones sanitarias y de calidad que se cumplen en nuestro país”.
Precios muy bajos
Hay que recordar que es en el mes de diciembre cuando tradicionalmente los ganaderos de ovino de la Comunidad Autónoma dan salida a buena parte de sus lechazos (como media, cada oveja tiene en un año solo una o dos parideras), por lo que de cómo se valore el producto en estas fechas depende buena parte sus ingresos anuales.
Además, hay que sumar los bajos precios que lleva ya años soportando el sector ovino, situación aún más aguda este año 2016, puesto que se parte de valores todavía más bajos que en años anteriores: a mediados de noviembre, el kilo de lechazo cotizaba en lonja entre un 16 y un 20 por ciento menos que en 2014.