Adolfo (46 años) es socio de los de primera hora de ASAJA-Soria, organización con la que ha participado en las diversas movilizaciones emprendidas por el sector, como la marcha verde. Este profesional de la localidad de Villaseca de Arciel cuenta con una explotación diversificada (que lleva con su familia) en la que conjuga la agricultura de secano (fundamentalmente, cereal y girasol) con la ganadería extensiva de ovino. Tras haber pasado por diversas responsabilidades en la organización, como ser miembro de su Junta Directiva y presidente de la Cámara Agraria Provincial, actualmente es responsable de la sectorial de ovino de ASAJA-Soria.
Como se ve, un auténtico profesional, aunque a la Administración le cueste verlo así. Adolfo pertenece al tercio de los agricultores y ganaderos sorianos que, por formar parte de una sociedad civil, tienen dificultades para acceder a las ayudas de alta montaña o las agroambientales, más cuando hace cinco años presentó con su familia planes de mejora dirigidos al ovino. La inversión fue importante. Para eso, la Junta sí consideró que reunía todos los requisitos y la aprobaron. “Total, que una vez hecha la inversión, ahí te quedas. En vez de ayudar a los pocos jóvenes que decidieron apostar por invertir en los pueblos y de esta manera fijar población en el mundo rural, que ya es mucho, lo que pienso es que a todas estas sociedades, que la propia Junta promovió, ahora las ha dejado tiradas, y dejar de cobrar estas ayudas tal y como están las cosas es una pérdida de renta considerable frente a otras explotaciones iguales que llevan el estigma de las siglas SC o CB”.
“Lo curioso –continúa Adolfo– es que para las elecciones de Cámaras Agrarias sí que se nos reconoce como agricultor, me parece bien pero el reconocimiento debe llegar a todo. Podría seguir contando muchas cosas, pero para resumir no recuerdo una época como esta de mala. Somos ya más profesionales de la burocracia por culpa de las Administraciones, en lugar de dejarnos ser buenos gestores de nuestras explotaciones”.