José Mª Martín Herrero

José Mª se ha instalado como agricultor a sus 27 años en Pedraza, una pequeña localidad de Campos (Palencia) donde proseguirá la tradición agrícola de su familia.

C.R./ S. Arnuncio

Después de nueve años realizando trabajos agrícolas a terceros, y ayudando a su padre en las labores agrícolas, José María Martín se instala como agricultor a sus 27 años en Pedraza, una pequeña localidad de Campos donde proseguirá la tradición agrícola de su familia en una explotación de cereal y regadío. “Mi oficio es el de agricultor”, dice orgulloso este joven al que la profesión le ha “tirado” desde que era un niño.

Para José María se trata de un oficio bonito, siempre que quien lo desempeña esté bien equipado, y asegura que se queda en el campo “por voluntad, no por obligación”. Cansado de escuchar que el campo está mal, cree que el futuro del sector depende de los propios agricultores y ganaderos, aunque sí pide facilidades para dejar incorporarse a los jóvenes con jubilaciones dignas.

Reivindica también una bajada del precio de las rentas de tierras porque se pide más de lo que valen y eso dificulta la incorporación a la actividad. Para José María el principal problema que tienen quienes como él se dedican a la agricultura o la ganadería, son los premios. “La cebada vale lo mismo que cuando mi padre hizo la mili, pero un coche lo pagamos a precio de ahora”, lamenta, y asegura que “los agricultores no queremos subvenciones, y si nos las dan, es porque no nos pagan por nuestros productos el precio que realmente valen”.

Una de las cosas que le molesta es que en el sector se queja mucho la gente, pero cuando se convoca una manifestación para protestar y reivindicar, no acuden. “A la hora de la verdad se busca una excusa para no dar la cara, y eso es contraproducente para el sector, porque si nosotros mismos no hacemos algo por solucionar los problemas…”. En este sentido cree que falta unión entre agricultores y ganaderos y que sería deseable un mayor corporativismo en la profesión, además de una mayor participación, sobre todo de los jóvenes, cuando se pide colaboración en estos momentos de crisis y grandes movilizaciones. “Es muy importante la participación para hacer llegar ese mensaje de desequilibrio en lo precios de lo que producimos y de lo que compramos”.

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