El presidente de ASAJA ha participado hoy en el grupo de trabajo de Reactivación Económica constituido en el seno de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados. En su comparecencia ha aprovechado para reclamar a los diputados atención para el sector agrario que, como ha recordado, interrumpió su campaña de movilizaciones en demanda de medidas de apoyo cuando se declaró el estado de Alarma para ayudar en las tareas de desinfección de los núcleos rurales, y sobre todo para cumplir con su función de alimentar a la sociedad en un momento de crucial para todos.
Durante todo este periodo, incluso en los momentos más complicados de la crisis, se ha garantizado diariamente el abastecimiento de alimentos variados, sanos, seguros, de calidad y a precios razonables para el consumidor. “Algo que -como ha recordado Pedro Barato- no se puede dejar en manos de terceros países, por eso necesitamos un modelo potente, moderno y eficiente”. Igualmente ha recalcado “es necesario, más que nunca, tener en cuenta al sector agrario y que las administraciones pongan en marcha verdaderas políticas de apoyo a un sector estratégico de nuestra economía. Solo así, seremos capaces de acometer retos esenciales como son el Cambio Climático, la innovación, la digitalización del sector y la vertebración del medio rural”.
A los problemas ya conocidos que arrastraba el sector tuvimos que añadir las dificultades generadas por la situación de alarma. Primero, con las restricciones de movimientos y el acceso a las explotaciones y después con la falta de mano de obra para recoger las cosechas como consecuencia del cierre de fronteras. Pese a tener nuestro país una de las tasas de paro más altas de Europa, en algunos casos han quedado productos agrarios por recolectar en el campo y de eso debemos sacar conclusiones para que esto no se vuelva a repetir.
Pero si algo ha hecho verdadero daño a buena parte de los productores agrarios ha sido el cierre del canal Horeca, que ha tenido un efecto perverso para muchas de nuestras producciones, en especial determinados productos ganaderos como lechales, cabritos y cochinillos, las partes nobles del vacuno, la leche, las queserías o los sectores del vino y el aceite de oliva.
Las medidas adoptadas, tanto comunitarias como nacionales, para hacer frente a estos problemas han sido poco efectivas y sobre todo cicateras: hablamos de 80 millones de euros del presupuesto comunitario y 10 millones del presupuesto nacional, frente a los 19.000 millones de euros que ha puesto encima de la mesa la Administración americana para ayudar a su sector agrario.
“Estas cantidades son insuficientes para abordar la gravedad de la crisis y hay que insistir ante las autoridades, esencialmente las comunitarias para que se amplíen las partidas aprobadas. Por supuesto, a nivel nacional, España debe aprovechar al máximo los fondos comunitarios cofinanciados que nos han sido asignados y no dejar que se pierdan. Nuestro país apenas ha utilizado un tercio de los fondos estructurales y por ello se pierden más de 30.000 millones de euros que podrían dedicarse a modernización y activación de la economía en nuestro país”, ha explicado el presidente de ASAJA.
En otro momento de su intervención Pedro Barato se ha referido a la respuesta inmediata que deben dar las administraciones a los problemas concretos que atraviesan las explotaciones y sectores. Ha hablado de medidas fiscales, “porque los productores afectados por esta crisis no deberían estas sometidos a mayores cargas fiscales hasta que no estén en condiciones de recuperarse”; a exoneraciones en las cuotas de la seguridad social, del IBI Rústico y otras tasas públicas o una revisión a la baja en los módulos del IRPF de los principales sectores afectados por este canal, incluso el establecimiento de un módulo “0”. Además, ha señalado que es necesaria una financiación preferencial.
En cuanto a planificación e inversión a medio plazo, Barato ha incidido en que es necesario apostar por la modernización de los regadíos, como uno de los elementos esenciales de productividad, y las nuevas prácticas que permitan reducir el consumo de agua y su uso sostenible a través de energías renovables.
En alusión a las intervenciones de algunos de los diputados, Barato ha señalado que la cadena alimentaria debe ser objeto de especial atención. Son necesarias medidas que aseguren, la transparencia, la seguridad jurídica y el equilibrio en la formación del valor añadido del producto. De igual manera, la exportación se ha demostrado como esencial, no solo para aliviar la presión de los mercados internos, sino como fuente de ingresos y activación económica. Por ello, es importante mantener mercados y conquistar otros nuevos y las Administraciones deben implicarse con una diplomacia comercial muy activa.
Por último, Barato se ha referido a otra serie de medidas que, a corto plazo, deben de tener respuesta como es el seguro agrario como estrategia fundamental del mantenimiento de las rentas; la adecuación de la política fiscal y el Salario Mínimo Interprofesional a la realidad del sector; y la apuesta por los jóvenes, la digitalización, la Banda Ancha y la tecnología como revulsivo para garantizar el futuro del sector.