ASAJA, como organización mayoritaria y con plena implantación en el medio rural, ha expresado su preocupación por el futuro que puedan correr la red de consultorios de salud que, con sus limitaciones, en estos años ha atendido a la población rural de Castilla y León. La actual crisis sanitaria, que ha obligado a medidas drásticas en la atención sanitaria habitual para afrontar con más eficacia y como era lógico una sanidad desbordada por la pandemia, no puede ser aprovechada para eliminar definitivamente un servicio esencial para los habitantes de los pueblos.
ASAJA comprende que en estos tiempos las necesidades son muchas y los recursos limitados, pero centralizar la atención sanitaria en unos pocos consultorios agrupados significaría de facto dejar sin atención habitual a miles de castellanos y leoneses. “La alternativa que se les ofrece implica trasladarse al centro de referencia, estimándose que como media se encuentra media hora de distancia, y estamos hablando de una población envejecida, muchas veces sin vehículo y además sin transporte público disponible, porque es raro que exista autobús que comuniquen los pueblos con su cabecera de comarca”.
Además, precisamente por tratase en buena parte de población de edad avanzada, personas que además muchas veces viven solas, ASAJA considera que las propuestas que se están lanzando, como suplir la falta de atención personal con medios telemáticos, no se adaptan a la realidad de muchos habitantes que, por el contrario, pueden eludir utilizar estas herramientas impersonales. Eso, sin contar las deficiencias que existen en los pueblos para conseguir una conexión de internet e incluso telefónica sin problemas de cobertura.
Por todo ello, ASAJA pide al presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que la administración recapacite, y que él mismo asuma como propia la causa del mantenimiento de la sanidad rural, “que en muchas localidades es ya el único servicio esencial que se mantiene y reciben sus habitantes. Echar la persiana a un consultorio es grave por la atención que se deja de prestar, pero también significaría un punto final para la continuidad de muchas pequeñas poblaciones que pese a todo siguen vivas y pelean por su futuro”.