Raúl es un soriano de 36 años al que desde siempre le ha interesado la agricultura.
C.R./ Nacho Prieto
Raúl es un chico de 36 años al que desde siempre le ha interesado la agricultura. Es uno de los pocos jóvenes que están dispuestos en la provincia de Soria a sufrir en el campo como algún día ya lo hicieron sus abuelos, con los avances de ahora y unas exigencias y una burocracia muy distintas de las de antes. Se dedica a la agricultura desde que era un crío y más a fondo desde hace 13 años, cuando terminó sus estudios de ingeniería técnica agrícola.
Cultiva cereales, proteaginosas y oleaginosas en Miranda de Duero, una pequeña localidad situada a unos 20 kilómetros de la capital. Para Raúl, el descenso en el número de jóvenes en notable y muy preocupante, aunque asegura que los que quedan tienen “mucha, ilusión, profesionalidad y ganas de trabajar”. Raúl no cambiaría por nada del mundo su profesión y confiesa que “el campo tiene momentos muy duros, pero a la vez es muy gratificante y aporta una libertad que no se consigue en otro tipo de trabajos”.
A Raúl le preocupa bastante el futuro de la agricultura, sobre todo en lo que tiene que ver con las reformas aplicables en el horizonte 2013. Dice estar de acuerdo con las políticas agoambientales porque, según sus propias palabras, “es por donde va a ir encaminada la agricultura, pero no hay que olvidar que nadie como nosotros va a cuidar tanto ni tan desinteresadamente el entorno, nuestros pueblos y el medio natural donde trabajamos y vivimos”.
Persona sencilla, siempre amable y de naturaleza optimista, su tiempo libre lo dedica a practicar algo de frontenis y a pasear por las innumerables rutas naturales que ofrece la provincia de Soria.
